"Los hijos no son nuestros, son hijos del anhelo de la vida"(Khalil Gibran)
"ámalos, educalos, déjalos ir..."
Como orgullosa mamá de una princesita universitaria la semana pasada inició de nuevo la inquietud, cuando se marchó el domingo por la tarde a iniciar su nuevo semestre; en honor a la verdad durante las vacaciones no pasamos tanto tiempo juntas por cuestiones de trabajo y otras razones, pero cada noche me iba tranquila a dormir con la calma absoluta de saber que ella dormia segura en casa.
El poco tiempo que pasamos juntas fue bastante grato, pues su risa contagiosa y sus ocurrencias me llenan las horas de una serena alegria.
Durante la semana no faltaron las inquietantes preguntas de cada dia que esta lejos de mi: "¿ya habrá llegado a casa?", "¿habrá cenado?", "¿no habrá tenido problemas?"... ahora hace calor, pero en invierno o cuando llueve es peor aún...ideas que llegan de repente a cualquier momento del día, inquietud con la fe puesta en Dios de que la llenará de proteccion y bendiciones y confianza tambien en ella que siempre ha sido una niña prudente y responsable.
Por fin llegó el viernes, al llegar a casa, un grito que me llena de felicidad: "¡Mami, ya llegue!" un abrazo enorme, muchos besos, y las anecdotas de la semana, la sorpresa de los nuevos compañeros, las materias nuevas, los maestros geniales, los pequeños contratiempos (pocos y pequeños, afortunadamente), y sobre todo el entusiasmo de aprender las cosas que la llevaran algun dia a realizar lo que mas le gusta; quedó atrás el sobresalto, y me decido a dejar que la vida fluya, en dos dias se ira de nuevo seguramente mis dudas me asaltaran en varios momentos de cada dia que esta lejos de su familia,pero las superaré deseando con todo mi ser haberle dado raíces fuertes para que siempre sea firme, y alas grandes para que alcance sus sueños... y cada regreso a casa siempre habra para ella un "¡BIENVENIDA MI NIÑA!"
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