martes, 18 de octubre de 2011
lunes, 17 de octubre de 2011
Lluvia [Federico García Lorca]
Federico García Lorca
Lluvia
La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de somnolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.
Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.
La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.
El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.
Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.
Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!
jueves, 13 de octubre de 2011
Madrigal [Pablo Neruda]
Written by Blanca Durán
on 12:11
in Escritores, Madrigal, Pablo Neruda, Poema de amor., poemas
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Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa --limpio de todo mal--.
Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía
amarte más.
Y todavía
amarte más
y más.
martes, 11 de octubre de 2011
Manelic [Antonio Mediz Bolio]
Written by Blanca Durán
on 10:39
in Antonio Mediz Bolio, Escritores mexicanos, Manelic, poemas
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Este poema lo conocí cuando tenia 12 años , hace ya bastante tiempo, entonces solo percibía vagamente el sentido que hoy le encuentro, magistral invitación a impedir el abuso del poderoso.
MANELIC
Antonio Mediz Bolio
(Mexico 1884-1957)
Como una cabra arisca bajó de su montaña,
de su montaña que era salvajemente huraña
como su espíritu hecho a las bravas alturas,
como su cuerpo en donde dejaron huellas duras
el sol de fuego, el soplo de las tormentas locas
y mordidas de lobos y arañazos de rocas.
Bajó de los picachos a la llanura un día;
allá dejó el rebaño, la choza, la jauría,
los agrios vericuetos, las claras soledades
dominio de las águilas y de las tempestades.
Arriba dejó todo cuanto su vida era,
y con un dulce sueño dentro del alma fiera,
vino a la tierra baja, a tierra misteriosa
que miraba de lo alto como una vaga cosa
que no le era dado conocer hasta cuando
bajase por la amada, que le estaba esperando.
¡La amada, la hembra llena de suavidad, aquella
que él miraba en las noches temblar en cada estrella,
a la que luego en sueños como una luz veía,
y que en el sol brillaba al despertar el día,
aquella en que pensaba sin tregua año tras año,
viendo cómo, en los riscos se ayuntaba el rebaño,
y cómo en el silencio del monte adormecido,
las águilas buscaban el calor de su nido!
Y así vibrante bajo las pieles de su sayo,
su ser, quizás engendró de una cumbre y un rayo,
ingenuo y primitivo, enamorado y fuerte,
el pastor bajó un día de cara hacia la suerte.
¡Y ahí , en la tierra baja, en la tierra del amo,
Manelic halló cruda decepción al reclamo
de un amor que él quería nuevo, fértil y suyo,
¡suyo no más! Alegre como un temprano arrullo
de tórtola, como eco de canción un cariño
como un regazo donde durmiese como un niño!
¡Y supo que ahí, lejos de los hoscos rediles
que dejó en la montaña, los hombres eran viles,
más viles y traidores que las malas serpientes
que abajo se arrastraban lo mismo que las gentes!
¡ Y supo que su amo, el amo que le daba
la mujer que allá arriba como un cielo soñaba,
era más vil que todos y que también mentía,
y que era como un lobo que robaba y huía !
Supo algo más horrible: la mujer de su sueño
era del amo. El amo era el único dueño
de todo: de la tierra, del amor, de la vida...!
El era sólo un siervo, la bestia encarnecida,
una cosa... un pedazo de carne esclavizada,
sin derechos, sin honra, sin amor y sin nada!
Y entonces, entre el asco de toda la mentira,
de toda la cruel beja del mundo sintió ira,
ira trágica noble de león provocado
que se ha dormido libre y despierta enjaulado.
Y oyó que de él reían como de simple y bobo,
¡ De él que igual que un hombre estrangulaba a un lobo
¡ Ya no pudo más ¡ Un día se alzó contra el tirano
y le arrancó la vida. ¡ Con su plebeya mano
se hizo justicia el siervo... !
Todos enmudecieron
Ante el soberbio triunfo y estupefactos vieron
cómo el pastor hirsuto, labraba bestia huraña,
¡ Con su mujer en brazos se volvió a su montaña !
¡Oh, Manelic! ¡Oh plebe que vive sin conciencia
de tu vida oproviosa, que arrastras la existencia
dócil al yugo innoble, que adormeces tu alma
de hierro, en el marasmo de ignominiosa calma!
¡Oh Manelic, oh carne santa y pura del pueblo, carne abierta
bajo el golpe del látigo infamador; despierta!
Cuando entre la impudicia de los hombres te sientas,
cuando en tu pecho el odio desate sus tormentas,
cuando todo te nieguen y te insulten el orgullo,
levántate y exige que te den lo que es tuyo!
Levántate. ¡Tú eres la fuerza y el derecho!
Si te estrujan la vida, si te infaman el lecho,
si te pagan la honra con mezquino mendrugo.
No envilezcas de miedo soportando al verdugo!
¡No lamas como un perro la mano que te ata¡
haz pedazos los grillos, y si te asedian, ¡Mata!
No temas nada y hiere, porque Dios es tu amigo
y por tu brazo a veces desciende su castigo.
¡ Que la soberbia aleve halle tu brazo alerta,
que a veces es justicia que la sangre se vierta!
¡Oh Manelic¡ ¡Oh plebe que vives en la altura!
Ven a la tierra baja, desciende a la llanura,
y cuando aquí te arranquen en miserable robo
Tu ilusión, que tus manos estrangulen al lobo!
¡Que lo fulmine el rayo que vibra en tus entrañas,
y después, con lo tuyo, regresa a tus montañas!
viernes, 7 de octubre de 2011
Tzacopontziza y Zkatan-oxga [Leyenda de la Vainilla, México]
Written by Blanca Durán
on 16:13
in Leyenda de la Vainilla, Leyendas, Leyendas de México, Tradiciones y leyendas, Tzacopontziza Y Zkatan-oxga
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En la región de Papantla, Estado de Veracruz, de la República Mexicana, habita el pueblo Totonaca, cuyos primeros reyes ordenaron construir templos a sus dioses, siendo Tonacayohua, la diosa de la siembra, pan y alimentos: esta diosa tenía a su servicio doce jóvenes que desde niñas hacían votos de castidad.
En los tiempos del rey totonaca Teniztli tercero, una de sus esposas tuvo una hija que por su belleza fue llamada Tzacopontziza "Lucero del Alba", la cual fue consagrada al culto de Tonacayohua diosa de la siembra y los alimentos.
Esta se enamoro de un joven príncipe llamado
Zkatan-oxga "Joven Venado", a pesar de que tal sacrilegio estaba penado con la muerte.
Dice la leyenda que un dia cuando la joven salió del templo a buscar tortillas para ofrecer a la diosa, huyó con el joven principe hacia la montaña, donde se les aparecio un monstruo que los envolvio en llamas obligandolos a retroceder.
A su regreso los sacerdotes los esperaban y sin explicación alguna fueron degollados y llevados al adoratorio, en donde tras sacarles el corazón y ponerlos en piedras voitivas del ara de la diosa, fueron arrojados a una barranca.En el lugar en que se les sacrifico, la hierba empezó a secarse como si la sangre de las dos victimas, alli esparcida, tuviera un maléfico influjo.
Tiempo despues empezo a brotar un arbusto elevandose a varios palmos del suelo y cubierto de espeso follaje.
Al alcanzar su desarrollo total, comenzo a crecer junto a su tallo, una orquidea trepadora sobre el tronco del arbusto. Una mañana, la planta se cubrio de flores y todo el sitio se baño de exquisitos aromas.
Los sacerdotes,asombrados, no dudaron en creer que la sangre de los dos príncipes se habian transformado en arbusto y orquídea. Su sorpresa fue mayor, cuando las hermosas flores se convirtieron en largos y delgados frutos que al madurar desprendían un dulce y suave perfume, como si el alma inocente de Lucero del Alba esenciara en el, las fragancias mas exóticas.
Asi la vainilla fue declarada planta sagrada y se elevo como ofrenda divina en los adoratorios totonacas tomando el nombre de caxixanath que significa flor recóndita.
jueves, 6 de octubre de 2011
Xanath y Tzarahuín [Leyenda de la Vainilla, México]
Written by Blanca Durán
on 10:36
in La vainilla, Leyenda de la Vainilla, Leyendas, Leyendas de México, Tradiciones y leyendas, Xanath y Tzarahuín
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La vainilla es originaria de México y fue introducida en Europa por uno de los conquistadores españoles. Cuentan que Cortés, el conquistador de México, tomó por vez primera con su rival, el emperador Moztezuma, chocolate perfumado a la vainilla servido en tarros de oro. A pesar de las precauciones de los aztecas por guardar en secreto el principio del perfume de esta bebida, fue descubierto y, desde comienzos del siglo XVI las carabelas las traían ya a España entre otras riquezas. De la península ibérica pasó a Francia en donde se consumió mucho en 1604
Cuentan que Xanath, hija de nobles totonacas, célebre por su belleza, vivía en un palacio cercano al centro ceremonial de Tajín, sede de su pueblo.
Cierto día en que la joven acudió a depositar una ofrenda sobre el plato colocado en el abdomen de Chac-Mool ("Mensajero Divino"), encontró casualmente a Tzarahuín (jilguero), un alegre doncel al que le agradaba silbar, y surgió entre ambos amor a primera vista.
Sin embargo, el romance mostró dificultades para prosperar, porque Tzarahuin era pobre y vivía en una choza humilde rodeada de tierra fértil en que abundaban las anonas, las piñas y las calabazas. A pesar de la diferencia de clases, los enamorados se reunían casi a diario, de manera fugaz, cuando el mancebo llevaba al mercado la cosecha de sus siembras, y en poco tiempo una sincera pasión se apoderó de sus corazones.
Una tarde en que Xanath pasó junto al templo sagrado de los nichos, la sorprendió la mirada penetrante del dios gordo, que se caracterizaba por su vientre abultado, la frente rapada y su triple penacho; y desde entonces el señor de la felicidad se dedicó a cortejarla. La doncella logró esquivarlo en un principio, mas el astuto dios encontró la forma de revelarle sus sentimientos y, al ser rechazado, su alegría habitual se tornó en cólera y amenazó a la joven con desatar la furia de Tajín, si no accedía a sus reclamos amorosos.
La advertencia hizo temblar de miedo a Xanath, pero no traicionó a Tzarahuín.
El astuto dios gordo resolvió entonces ganarse la confianza del padre de la joven para que influyera en el ánimo de Xanath. Lo invitó a su palacio, le reveló secretos divinos y cuando manifestó interés por la linda muchacha, recibió completo apoyo para casarse con ella.
Xanath hubo de soportar un mayor acoso del testarudo dios y su padre la obligó a aceptar una nueva cita, que resultaría fatal, pues luego de haber dado otra negativa al señor de la felicidad, éste, irritado, lanzó un conjuro sobre la doncella y la transformó en una planta débil de flores blancas y exquisito aroma: la vainilla.
Y si bien el dios creyó vengarse, lo cierto es que mientras de él existen sólo vagos recuerdos, en cambio, nos queda la planta orquidácea de deliciosa esencia.
lunes, 3 de octubre de 2011
Un cuentito de Amor...
Había una vez una isla, en la que vivían todos los sentimientos y valores del hombre: el Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría... todos, incluido el Amor. Un día se anuncio a todos que la isla estaba apunto de hundirse. Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el Amor quedo esperando solo, hasta el último momento. Cuando la isla estaba apunto de hundirse, el Amor decidió pedir ayuda. La Riqueza paso cerca del Amor en una barca lujosisima y el Amor le dijo:
Entonces el amor decidió pedirle ayuda al Orgullo que estaba pasando en una magnifica barca:
-"Orgullo, te ruego, ¿puedes llevarme contigo?"
- "No puedo llevarte Amor, aquí todo es perfecto, podrías arruinar mi barca"
Entonces el Amor dijo a la tristeza que se estaba acercando:
Luego el Buen Humor paso junto al Amor,; pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando.
De repente una voz dijo:
-"Ven Amor, te llevo conmigo"
Era un viejo el que lo había llamado. El Amor se sintió tan contento que olvido preguntarle su nombre al viejo. Cuando llego a tierra firme, el viejo se fue. El Amor se dio cuenta cuanto le debía y le pregunto al Saber:
El Saber le respondió: -"Por que sólo el tiempo es capaz de comprender cuán importante es el Amor en la vida".
- "Riqueza ¿me puedes llevar contigo?"
- "No puedo por que tengo mucho oro y plata en mi barca y no hay lugar para ti" Respondió la Riqueza.
-"Orgullo, te ruego, ¿puedes llevarme contigo?"
- "No puedo llevarte Amor, aquí todo es perfecto, podrías arruinar mi barca"
Entonces el Amor dijo a la tristeza que se estaba acercando:
-"Tristeza, te lo pido, déjame ir contigo."
-"Oh Amor, "- respondió la tristeza , -"estoy tan triste que necesito estar sola".
Luego el Buen Humor paso junto al Amor,; pero estaba tan contento que no sintió que lo estaban llamando.
De repente una voz dijo:
-"Ven Amor, te llevo conmigo"
Era un viejo el que lo había llamado. El Amor se sintió tan contento que olvido preguntarle su nombre al viejo. Cuando llego a tierra firme, el viejo se fue. El Amor se dio cuenta cuanto le debía y le pregunto al Saber:
-"Saber, ¿puedes decirme quien me ayudo?"
-"Ha sido el Tiempo" respondió el Saber.
-¿El Tiempo?" se preguntó el Amor, "por qué sera que el tiempo me ha ayudado?"El Saber le respondió: -"Por que sólo el tiempo es capaz de comprender cuán importante es el Amor en la vida".
viernes, 30 de septiembre de 2011
Nicte-Ha [Leyenda Maya]
Written by Blanca Durán
on 19:12
in Leyendas, Mitología de México, Nicte-Ha, Tradiciones y leyendas
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Cuentan que en las tierras del Mayab, vivía en Nan Chan, el príncipe hijo del rey; el nombre de aquel príncipe era Chacdziedzib que significa Pájaro Carpintero. El estaba destinado para casarse con una princesa de tierras lejanas a la que un día conocería. Así tenía que ser ya que un día el sería rey. Pero el corazón del joven príncipe, ya había elegido a su dueña; resulta que se enamoró perdidamente de una plebeya, de la hermosa Nicté-Ha, que era hija del guardián del Cenote Sagrado. Los padres de los jóvenes ignoraban el amor que ellos dos se profesaban, igual ignoraban que se reunían en secreto todas las noches, junto al espejo de agua para declararse su amor. Chacdziedzib portaba siempre una túnica roja, además escribía hermosos poemas y canciones para su amada, los cuales le leía cuando estaban juntos, y se sentían inmensamente felices.Pero el Gran Sacerdote los descubrió, con gran envidia a la vez que con preocupación veía como florecía ese amor. ¡Jamás una plebeya se convertirá en reina de Nan Chan! se dijo; y así fue como comenzó a planear un trágico final para esa historia de amor.Nicté-Ha debía de desaparecer para siempre, pero ¿cómo hacerlo? Se preguntaba el Sacerdote, para que nadie se diera cuenta que el era el autor, el culpable de la desaparición de Nicté-Ha. Sólo la nana del príncipe que lo había cuidado desde niño, lo conocía demasiado, además lo amaba y estaba dispuesta a hacer todo lo posible para que el joven príncipe fuese feliz; se dio cuenta del malévolo plan y advirtió a su señor, entonces Chacdziedzib, envió a la nana en busca de la joven para que la trajera a palacio, donde el pensaba que podía hacerla su esposa en secreto.Dándose cuenta el Gran Sacerdote, siguió a la nana y la asesinó para impedir que diera aviso a Nicté-Ha. El príncipe al ver que la vieja no volvía, se puso su capa roja y salió, mientras apresuraba sus pasos, su corazón le gritaba que su amada estaba en peligro. Mientras tanto Nicté-Ha que no sabía nada acerca del plan, esperaba como todas las noches a su amado sentada junto al cenote, contemplándose en el inquieto espejo, que le devolvía la imagen de su gran hermosura. Cuando Chacdziedzib llegó y la vio tranquila, respiró aliviado y la estrechó entre sus brazos; pero el malvado ya aguardaba en la oscuridad, a la sombra de un espantoso chechem, preparó su arco y busco entre sus flechas envenenadas y sin esperar más, dirigió la más envenenada al corazón de la joven doncella, atravesándolo de un solo golpe. Nicté-Ha con la fuerza del flechazo, resbaló y cayó dentro del Cenote Sagrado, hundiéndose rápidamente, desapareciendo así de la vista de su amado, al poco rato solo flotaba en el agua su blanco huipil. El príncipe sin poder contener su dolor, lloraba amargamente y lanzaba gritos lastimeros. -¡Oh, Dioses! ¡Por qué permitieron este cruel final para nuestro amor! ¡Tengan piedad de mí! ¡Tengan compasión de este enamorado! No quiero perderla ¡escúchenme! ¡Quiero estar con mi amada, quiero estar con ella para siempre! Rogaba el joven príncipe entre sollozos desgarradores y elevando sus negros ojos al cielo.Y así fue; el blanco huipil se fue convirtiendo en una hermosa y aromática flor y Wayon, el dios de los pájaros, convirtió al príncipe en un pájaro rojo; el pájaro cardenal. Así es como desde entonces todas las mañanas, se puede ver al pájaro cardenal bajar a los cenotes y posarse cerca de los lirios. Dicen que bajo ese aspecto el sigue cantando y recitando poemas de amor a la flor, a la bella flor que flota en el agua, a la hermosa Nicté-Ha la flor acuática.
Quisiera ser estrella...
Written by Blanca Durán
on 15:46
in Edad Prohibida, poemas, poemas de amor, Quisiera ser estrella..., Torcuato Luca de Tena
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La Novela Edad Prohibida de Torcuato Luca de Tena, publicada en 1958,cuenta las aventuras de adolescentes que estudian en un colegio religioso. Uno de los chicos, llamado Adolfo, escribe un ejercicio poético, es asi como Torcuato Luca de Tena pone primero en puño y letra y luego en voz de Adolfo el siguiente soneto:
Quisiera ser estrella para verte.
Y quisiera ser bosque y ocultarte.
Y ser nube del valle y abrazarte.
Y quisiera ser viento y sorprendente.
Quisiera ser el mar. Adormecerte.
Y al ritmo de mis ondas acunarte.
Y ser un alto sueño y ensoñarte.
Y ser llama de amor para quererte.
Quisiera ser la brisa que respiras.
Quisiera ser la fuente donde bebes.
Quisiera ser el río en que te miras.
Quisiera ser el aire en que te mueves.
Y yo quisiera ser, cuando suspiras,
el Pensamiento, amor, en que me lleves.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Una del montón...
Written by Blanca Durán
on 16:42
in Escritores, poemas, Soy la que soy, una del montón, Wislawa Szymborska
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Wislawa Szymborska
(1923)
La escritora y poeta polaca nació en Bnin, que hoy forma parte de Kórnik, cerca de la ciudad de Poznań. Su familia se trasladó en 1931 a Cracovia, y va a ser en esta ciudad donde curse sus estudios y de la que aún es residente.(1923)
Ha escrito varios libros de poesía así como prosas llenas de humor y agudeza. El Premio Nobel en 1996 hizo que fuese al fin conocida en Occidente. Ha sido ya muy difundida en castellano y en catalán.
Una del Montón
Soy la que soy.
Casualidad inconcebible
como todas las casualidades.
Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.
En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.
Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a la medida,
se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.
Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.
Pude haber sido alguien
mucho menos individuo.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un enjambre,
partícula del paisaje sacudida por el viento.
Alguien mucho menos feliz,
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.
Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.
Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.
Un tipo de mala estrella
que para algunos brilla.
¿Y si despertara miedo en la gente,
o sólo asco,
o sólo compasión?
¿Y si hubiera nacido
no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?
El destino, hasta ahora,
ha sido benévolo conmigo.
Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.
Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.
Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien completamente diferente.