jueves, 30 de septiembre de 2010

Sor Juana Inés de la Cruz

Sor Juana Inés de la Cruz - Breve biografía
  Poeta, dramaturga y teóloga mexicana, fue la mayor figura de las letras hispanoamericanas del siglo XVII. Sus contemporáneos reconocieron su talento incomparable nombrándola: “La Decima Musa”, “El Fénix de América”. 

   A los 17 años ingresa a las cortes como dama de compañía de la virreina Leonor Carreto, logrando tener acceso a la gran biblioteca virreinal

   Juana Inés de Asbaje es su nombre completo, nació el 12 de noviembre de 1651 (Nepantla, Estado de México), una época en la que las mujeres no tenían derecho a la educación y por tanto al conocimiento. A pesar de este hecho socio-cultural, a los 6 años, Juana Inés ya sabía escribir, contar y bordar, todo de manera autodidacta. Y a los 8 años compone su primera poesía “Loa al Santísimo Sacramento”.

  Entre los 12 y los 15 años, con tan sólo 20 lecciones logra dominar el latín. A los 17 años ingresa a las cortes como dama de compañía de la virreina Leonor Carreto, logrando tener acceso a la gran biblioteca virreinal y a los intelectuales de la época.

  Su juventud, las cortes, su belleza y su falta de dote, traen de la mano una larga lista de pretendientes lo que la obliga a tener que decidirse entre casarse o ingresar a un convento.

  Decidió ingresar a un convento de San José de Carmelitas Descalzas (1667), el cual abandona por motivos de salud. Al año siguiente se integra como novicia al convento de San Jerónimo.Como novicia se dedicara a la lectura, la escritura y la administración. Conforma su biblioteca, la más grande de la Nueva España, con 4 mil ejemplares.

  En 1690, Juana Inés escribe “Carta Atenagórica” en la que diserta en materia teológica el sermón de Antonio Vieira, jesuita portugués. Hecho que le costó un fuerte regaño y un señalamiento sobre su vida religiosa. Dicho acontecimiento se debió a que en esa época solo los hombres tenían derecho a argumentar sobre la Biblia. Ella responde en su famoso escrito “la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz” en el que defiende su derecho al conocimiento, independientemente de su condición de mujer.

  En 1694, la peste y la hambruna obligan a Juana Inés a vender su biblioteca para ayudar a los pobres. Un año más tarde, el 17 de abril, Juana Inés muere a consecuencia del tifus dejando un legado maravilloso de escritos en los que se condensan sus agudas observaciones a la sociedad de esa época.


DETENTE SOMBRA
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.


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viernes, 24 de septiembre de 2010

México, origen de su nombre.

México, origen de su nombre.

México, origen de su nombre.
   México significa “en el ombligo de la Luna”. Del Náhuatl “Metztli” (luna) y “xictli” (ombligo). Los aztecas lo pronunciaban “Meshico”. Los españoles lo escribían “México” ya que no existía la pronunciación de la “j”.

  Cuando cambió la grafía de la “x” a la “j” se le empezó a llamar “Méjico” pero se siguió escribiendo “México” lo cual es válido pues la Real Academia de la Lengua permite excepciones para nombres propios.

 Tenochtitlán ciertamente tiene una explicación muy clara y sencilla, desprovista de inútiles artificios: «Lugar del Tenochtli, Nopal de Tuna dura». El cactus tradicional en la dura roca nacido, es un Glifo muy antiguo de los Misterios arcaicos, el signo Mágico y Místico de la ciudad.

 México, palabra clásica Pre-Colombina, se puede y hasta se debe traducir así: «La Ciudad que está en medio del Lago de la Luna».

 No está demás en este tratado recordar el hecho de que el vecino pueblo de los Otomíes, siempre designaba a esta señorial ciudad por el doble nombre de «Anbondo Amadetzana».
  
  El término «Bondo» en riguroso Otomí, quiere decir «Nopal», «Amadetzana» significa: «En medio de la Luna».
  El águila triunfante posada sobre el nopal, devorando una serpiente, el escudo de armas de los Estados Unidos Mexicanos, no es más que la traducción fiel del Glifo arcaico que otrora designara a la Gran Tenochtitlan.
    
  Aún en la cima de la Gloria, los antiguos Mexicanos nunca olvidaron que su metrópoli imponente y maravillosa, había sido establecida en los pantanos por una tribu humilde y subestimada.
  
  Cierta leyenda muy antigua que se pierde en la noche de los siglos, refiere cómo los ancianos descubrieron con gran asombro, «Intollihtic Inacaihtic», «dentro del tunar», «dentro del carrizal», ciertos vegetales y criaturas animales que el Dios HUITZILOPOCHTLI les había anunciado: el sauce blanco, la rana color de esmeralda y el pez blanco, etc.
  
  Y los hombres jóvenes y las mujeres todas, y los ancianos y los niños, desbordantes de júbilo le siguieron a los pantanos, entre las plantas acuáticas y los carrizos y de pronto, algo insólito sucede, el asombro es general, descubren la señal prometida, el águila rebelde posada sobre el Nopal, tragándose una Serpiente.
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jueves, 23 de septiembre de 2010

La importancia del Jade en el México prehispanico.

  La importancia del Jade en el México prehispanico.

La importancia del Jade en el México prehispanico. Máscara maya


  Cuando Hernán Cortés ordenó a Moctezuma que le entregara sus tesoros más preciados, para su frustración, recibió no oro, sino jade, porque para los mexicanos prehispánicos el jade era considerado mucho más valioso que el oro.

   La importancia de las piedras y los minerales en Mesoamérica radicaba no sólo en los usos que se les daba sino en que en muchos casos se les relacionaba con el Universo. Entre la larga lista de minerales y piedras que los pueblos mesoamericanos utilizaban, sobresale el jade, que es una piedra verde o verdeazul. Era considerada como símbolo de vida y más valorada que el oro. Para ellos, el verde del jade representaba el agua, la lluvia, el bosque, el verdor del campo y todo lo que ello significaba. El jade era símbolo de la vida y la transmutación de la muerte. Ninguna otra piedra era tan sagrada y venerada. Los objetos de jade eran motivo de adoración en ceremonias, sacrificios rituales y entierros. Poseer y lucir jade era también símbolo de prosperidad, posición y poder entre los antiguos mexicanos y el jade de mejor calidad se reservaba sólo para ricos y nobles, el jade era la piedra en que se concentraban las máximas fuerzas divinas. Es la piedra con vida y la que da vida Ninguna otra sustancia tiene su sacralidad, ninguna otorga una protección más completa.

   Los olmecas fueron los primeros en reverenciar el jade,
porque para ellos representaba la esencia de la Serpiente Emplumada, y con él diseñaron objetos para ofrendar a los dioses desde 1,500 años antes de Cristo. Fueron los primeros mesoamericanos que labraron el jade. Pequeñas cuentas y pendientes datan de 1,000 años antes de nuestra era y joyería exquisita, objetos rituales, figurillas y máscaras de tamaño natural fueron laboriosamente labradas en duro y traslúcido jade color turquesa.

   La civilización Maya reverenciaría el jade, pero prefirió el de tonalidades más oscuras, símbolo de los recursos más preciados, el agua y el maíz. El jade se asoció a Yum Kaax, la joven deidad del maíz y mazorcas labradas en jade embellecieron templos y pirámides. La nobleza lucía ornamentos de jade, incrustaba jade en sus dientes y eran sepultados con máscaras de jade para que su jerarquía fuera reconocida incluso después de la muerte Tal vez sean los mayas los que utilizaron con más frecuencia el jade. Desde el punto de vista ornamental, hicieron espléndidos collares, brazaletes, orejeras, narigueras, diademas, tobilleras y pectorales.
  Estos últimos se colocaban en una pequeña perforación lograda entre la boca y el mentón, la mayor parte de las culturas de Mesoamérica, son las incrustaciones en los dientes. De acuerdo con los cronistas, el uso del jade estaba reservado para las clases dominantes, según narra Sahagún, quien afirma: "...es señal de que es persona noble el que la trae..." a los macehuales (o sea la gente del pueblo) no les era lícito usarlas. Podemos deducir entonces que, las incrustaciones dentales se destinaban a las personas de más alto rango social, que debían conservar su poder y su prestigio. Es probable que la vista de esa piedra sagrada en la boca de los más altos personajes, cuando éstos hablaban o reían, produjera un impacto psicológico en el común de las personas y contribuía a mantener el respeto por su jerarquía.

  Por su color verdeazul, que es el del agua, el jade era, para los mexicas,  la representación de la diosa del agua, Chalchiuhtlicue, "la que tiene su falda de chalchihuites". Las piedras, más que un emblema, eran consideradas fracciones de la diosa y como tal objeto de profunda veneración. El agua equivale a vegetación, y ésta a sustento: maíz, frijol, chile, nopal, frutos. Verde es el color de la vegetación: color mágico y sagrado. De acuerdo con las evidencias encontradas hasta la fecha, parece ser que los mexicas fueron los que utilizaron más el jade para esculpir a sus dioses, o bien para elaborar utensilios destinados a la ofrenda.

  Entre los mexicas era conocida como Chalchihuite, y sabemos que era más apreciada que el oro. No hay duda, gracias al Cronista de la Conquista, Bernal Díaz del Castillo, acerca del valor que tenía el jade en relación con el oro. Según relata, durante la "Noche triste", Hernán Cortés, después de apartar para sí su parte del tesoro de Moctezuma, distribuyó el sobrante a sus soldados; y muchos cargados de oro se ahogaron en los canales de México Tenochtitlán.

 El jade se utilizaba con varios fines: ornamental, funerario, utilitario, terapéutico y ritual. Hay que enfatizar que el valor del jade no era sólo material Bernal, en cambio, sabía que en el cimiento de la pirámide de Tlatelolco "echaron oro y plata y piedras de chalchihuites ricas", y cuánto estimaban a éstas los mexicanos. "Yo digo", escribe el cronista,"que nunca tuve codicia del oro sino procurar salvar la vida, porque la teníamos en gran peligro; mas no dejé de apañar de una petaquilla que allí estaban cuatro chalchihuites, que son piedras muy preciadas entre los indios... los cuales me fueron muy buenas para curar mis heridas y comer del valor de ellos".
   
  Los mayas y los olmecas llegaron a utilizar el jade en la manufactura de herramientas como hachas y puntas de flecha; algunos investigadores señalan que tal vez le dieron ese uso por su dureza.

 Sin embargo, otros opinan que aun cuando tenían forma de herramientas, nunca fueron utilizados para tal fin, sino que su uso fue ritual, y se hicieron como ofrenda de algún personaje importante.

 También lo utilizaron para la fabricación de hachas, puntas de flecha. En el libro de las hierbas medicinales de los indios, de Martín de la Cruz, curandero azteca de Xochimilco, y que fue traducido del náhuatl al latín en 1552 por Juan Badiano, se menciona ocho veces la piedra verde como ingrediente adicional en medicamentos vegetales y animales. Los quetzalitzi son los jades muy pulidos y sin mancha alguna, que en la medicina se usaban para combatir el cansancio de los funcionarios.
  
  Las culturas maya, olmeca y zapoteca fueron las que utilizaron con más frecuencia el jade con fines funerarios. Entre sus usos más extendidos están las máscaras funerarias, tal vez porque, como ya mencionamos, el jade representaba la vida eterna. Es famosa la máscara de jade que representa al Dios Murciélago, y que fue encontrada en Monte Albán, lo mismo la máscara de jade del Señor Pacal, en el Templo de las Inscripciones en Palenque. Más recientemente, en Calakmul, Campeche, fue hallada una espléndida máscara de jade en una tumba.

   Famosas también son las cabezas de Jade de la cultura olmeca, que provienen del periodo conocido como Preclásico, y que se calcula que son del año 450 d.C.
   
  De acuerdo con las evidencias encontradas hasta la fecha, parece ser que los mexicas fueron los que utilizaron más el jade para esculpir a sus dioses, o bien para elaborar utensilios destinados a la ofrenda.
  
  Tal vez el jade alcanzó la cima de su valor entre los pueblos prehispánicos cuando Moctezuma, el líder azteca presentó a Hernán Cortés cuatro cuentas de jade y le dijo: “cada piedra vale dos pepitas de oro.” Los aztecas llamaban al jade Chalchiuhtlicue, en honor de la diosa del agua dadora de vida, y también la asociaron con la lluvia torrencial; creían que era la materialización de la vida y el aliento.
  
  Pero Cortés no creyó al rey azteca lo del valor de las cuentas y las despreció como si fueran solo piedras. Los españoles ambicionaban el oro y la plata y probablemente nunca habían visto el jade o conocido su valor. El jade es raro y solamente se encuentra en una docena de lugares a lo largo y ancho del mundo y siempre ha sido apreciado por la intensidad de su color traslúcido y su suave textura. Cortés seguramente se hubiera horrorizado al descubrir que en la actualidad el jade es tan apreciado como lo era entonces. El precio del jade de mayor calidad secunda solamente al del diamante; en 1998 un collar de 27 cuentas de jade se vendió en Hong Kong en 9.3 millones de dólares.

 Con datos extraidos de un articulo escrito por: José Gamboa Cetina, coordinador de la Sección de Antropología Física del Centro INAH Yucatán.- Mérida, Yucatán
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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cosmogonía Azteca [Dioses Aztecas]

Cosmogonía Azteca  [Dioses Aztecas]
 Antes de llegar los aztecas al valle del Anáhuac, ya existían antiguos cultos y diosas del sol que ellos adoptaron en su afán de adquirir una identidad. Al asimilarlos también cambiaron sus propios dioses, tratando de colocarlos al mismo nivel de los antiguos dioses del panteón nahuatl. De esta manera, elevaron sus dioses patronos, Huitzilopochtli y Coatlicue, al nivel de las antiguas deidades creadoras, como Tláloc, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca.

  Dicho esto, existe un culto dominante sobre los demás dioses aztecas, el de su dios Sol, Huitzilopochtli. Los aztecas se consideraban como el pueblo elegido por el Sol, encargados de garantizar su recorrido por el cielo, alimentándolo. Este sentimiento fue reforzado por la reforma social y religiosa de Tlacaélel bajo el reino de los emperadores Itzcóatl, Moctezuma I y Axayácatl a mitad del siglo siglo XV. El mito de la creación del mundo de los aztecas expande esta idea.

   Las religiones prehispánicas se formaron a través de un lento evolucionar y asimilación de costumbres y dioses. Algunos dioses se asimilaron y mezclaron entre sí, otros cambiaron y se humanizaron, el resultado es que tenemos una infinidad de mitos, y leyendas a veces contradictorios, pues ninguno de ellos llegó a convertirse en dogma.

   Los dioses prehispánicos, no son tanto seres de poder ilimitado, sino muchas veces encarnaciones de las fuerzas de la naturaleza, con personalidad humana, por ellos muchos estudiosos prefieren traducir el concepto prehispanico de "Téotl" como señor, y no como dios.

   Los sabios nahuas o tlahtimines trataron de dar un poco de orden a esta multitud de dioses, así, tenemos en primer lugar a los dioses creadores, o Ipalnemohuani, ésta es una palabra nahua que significa "aquél por quien se vive" y dado que en náhuatl no existe el plural más que para los nombres de cosas, se ha especulado mucho sobre una posible tendencia monoteísta de los aztecas. Sin embargo sabemos que los dioses creadores eran en primer lugar, Ometéolt y Omecíhuatl, padre y madre de los dioses, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl, creadores del mundo, Tláloc y Ehécatl proveedores de la lluvia y de la vida. Otros nombre que se le daban a estos dioses son Tloque Nahuaque ("El inventor de sí mismo" o "El señor del cerca y junto". La mayor parte de la poesía náhuatl que sobrevive, usa estos nombres para referirse a los dioses creadores, dando la apariencia de monoteísmo.
  Después estarían los dioses patronos, que eran los encargados de vigilar a cada pueblo. Según una antigua leyenda, cuando los grupos nahuas (las tribus nahuatlacas) salieron de Aztlan, cada una de ellas llevaba consigo su "bulto sagrado", que contenía las reliquias de su dios patrono. Huitzilopochtli era el dios patrono de los mexicas, pero ellos también respetaban los dioses de los otros pueblos. Junto al templo mayor construyeron un templo especial para los dioses patronos de todos los pueblos conquistados.
  Existían así mismo, dioses dedicados a cada profesión y aspecto de la vida. Xipe Tótec, dios del reverdecimiento fue adoptado como el dios de los plateros, Nanahuatzin, de las enfermedades de la piel, Tlazotéotl, diosa del amor físico y de las prostitutas, etc.
   También existían algunos dioses de origen familiar pero se sabe poco de ellos.
   La mayoría de estos dioses son anteriores a los aztecas o mexica, y son compartidos por los demás pueblos nahua.

Cosmogonia Mexica
    Los nahuas tenían varios mitos de la creación, resultado de la integración de distintas culturas. En uno de ellos, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl se dan cuenta de que los dioses se sienten vacíos y necesitan compañía. Por ello necesitan crear la tierra. Existía solo un inmenso mar, donde vivía el monstruo de la tierra. Para atraerlo, Tezcatlipoca ofrece su pie como carnada y el monstruo sale y se lo come. Antes de que se pueda sumergir, los dos dioses lo toman, lo estiran para dar a la tierra su forma. Sus ojos se convierten en lagunas, sus lágrimas en ríos, sus orificios en cuevas. Después de eso, le dan el don de la vegetación para confortar su dolor. Y posteriormente se da a la tarea de crear a los primeros hombres.

   Según otro mito conocido como "La leyenda del quinto sol", en el principio, todo era negro, sin vida, muerto. Los Dioses se reunieron en Teotihuacan planteándose la cuestión de quién tendría la carga de crear al mundo, para lo cual uno de ellos se tendría que arrojar a una hoguera. Dos de ellos fueron seleccionados como víctimas para tal fin.

   Sin embargo el más fuerte y vigoroso, al momento de lanzarse a la hoguera, retrocede ante el fuego; por lo que el segundo, un pequeño dios, humilde y pobre, (usado como metáfora del pueblo azteca sobre sus orígenes), se lanza sin vacilar al fuego, convirtiéndose en el Sol. Al ver esto, el primer dios, sintiendo coraje, decide arrojarse a la hoguera, convirtiéndose en la Luna.
   Aun así, los dos astros siguen siendo inertes en el cielo y es indispensable alimentarlos para que se muevan. Entonces otros dioses deciden sacrificarse y dar el "agua preciosa" que es necesaria para crear la sangre. Por lo tanto, se obliga a los hombres a recrear eternamente el sacrificio divino original.

  Panteón azteca

Dioses
Ometéotl (también Citlatonac u Ometecuhtli (masculino) y Omecíhuatl (femenino)): el/los dios/es de la dualidad, pregenerador/es de las almas y Señor/Señora de los cielos.
Principales
Huitzilopochtli (también Mextli, Mexitl, Huitzilopochtli): el dios supremo de Tenochtitlan, patrono de la guerra, el fuego y el sol. Guía, protector y patrono de los aztecas (A quienes ordenó llamarse Mexicas a partir de aquel momento) desde su salida de Aztlan. Su nombre significa Colibrí Zurdo (O izquierdo) o Colibrí del sur.
Quetzalcóatl (también Tlahuizcalpantecuhtli): Serpiente de plumas preciosas, dios creador y patrono del gobierno, los sacerdotes y los mercaderes. Asociado con Ehecatl como viento divino. Uno de los cuatro hijos de la pareja primigenia.
Tezcatlipoca (también Omácatl, Titlacauan): El Espejo Humeante, omnipotente dios de los gobernantes, hechiceros y guerreros; de la noche, la muerte, la discordia, el conflicto, la tentación y el cambio; daba y quitaba las riquezas y era el protector de los esclavos. Siniestro rival de Quetzalcóatl en muchos mitos. Puede aparecer como un jaguar, además de sus otros muchos Tonales.
Tláloc (también Nuhualpilli): El que Hace Brotar a las Cosas, Licor de la Tierra, grande y antiguo proveedor y dios de la lluvia, la fertilidad y el rayo. Uno de los cuatro hijos de la pareja primigenia (Ometecuhtli y Omecihuatl). Dios creador y uno de los cuatro soles. Fue uno de los dioses más viejos de toda Mesoamérica y tenía un templo gemelo junto al de Huitzilopochtli en Tenochtitlan.
Xipe Tótec Nuestro Señor Desollado: dios de la primavera, la germinación de las semillas y la renovación de la vegetación; además de la fertilidad. Era considerado el patrono de los orfebres. Se le identificaba a veces con Mixcóatl; sobre todo como destinatario de los sacrificios gladiatorios y por flechamiento.
Xiuhtecuhtli: la personificación de la vida después de la muerte, la luz en la oscuridad y la comida en épocas de hambruna.

   Celestes
Citlalicue: Vestido de Estrellas, un creador de las estrellas.
Coyolxauhqui: Cascabeles de Oro o La de los Cascabeles en la Cara, la Luna, hermana legendaria de Huitzilopochtli y patrona de la Vía Láctea.
Ehécatl (también Ehecatl-Quetzalcóatl): dios del viento y creador de la tierra, los cielos y la actual raza de los hombres al rescatar los huesos de los hombres viejos del Mictlan, en su advocación de Quetzalcóatl. Como dios del Oeste, es uno de los que sostiene el cielo. Soplaba el viento que limpiaba el camino de los Tlaloque (dioses menores de la lluvia, ayudantes de Tláloc).
Meztli (también Metztli, Tecuciztécatl, Tecciztecatl): diosa de la luna, la noche y los granjeros. También se identifica con un dios de los gusanos, de bajo rango, que falló en sacrificarse para convertirse en el Sol, y devino en la Luna, su rostro oscurecido por un conejo.
Mixcóatl (serpiente nube): dios de la caza, la guerra y la Vía Láctea.
Nanahuatzin (también Nana, Nanautzin, o Nanauatzin): dios de bajo rango que se sacrificó a sí mismo para convertirse en el dios Sol Tonatiuh, en la prueba en que Tecuciztécatl falló.
Tlahuizcalpantecuhtli: dios destructor de la estrella del alba (Venus), el amanecer y el este. Es uno de los que sostienen los cielos.
Tlalchitonatiuh representa al sol bajo.
Tletonatiuh: Era uno de los cuatro soles aztecas. Es el "sol de fuego", bajo cuyo influjo los humanos fueron exterminados por el fuego caído del cielo y transformados en diversos animales como perros, aves, etc.
Tonatiuh El Luminoso o El que Calienta: Dios Sol y guerrero de los cielos que disparaba sus dardos luminosos a los cuatro puntos cardinales al amanecer, asociado con las águilas.
Identificado con Huitzilopochtli. Se le representaba con el glifo del movimiento (ollin). También era el regente del paraíso al que iban los guerreros muertos en batalla, los sacrificados en su honor y las mujeres que morían en el primer parto.
Xólotl Gemelo: Representado como un perro de color oscuro, gemelo del dios Quetzalcóatl. Era considerado la estrella vespertina (Venus), al contrario de su gemelo, la estrella matutina. Representaba los aspectos oscuros de la dualidad de los gemelos.
Yohualtecuhtli era la diosa azteca de la noche, y protegía el sueño de los niños.
Tlahuizcalpantecuhtli: Señor de la Estrella del Alba el dios del colorido sonrosado de la aurora.
  Fenoménicos
Atlacoya: diosa de las sequías.
Ayauhtéotl: diosa de la bruma y la neblina; se la ve por las mañanas o en las noches. Se la asocia con la vanidad y la fama.
Tepeyóllotl: Corazón de la Montaña, dios jaguar, asociado con los ecos y los terremotos.

  Acuáticos
Chalchitlicue.Acuecucyoticihuati: diosa de los mares, de los ríos y del agua que corre. Su representación es de una mujer dando a luz, y se la considera una de las representaciones de Chalchitlicue.
Amimitl: dios de los lagos, divinidad que calmaba las tempestades y protegía a los pescadores.
Atl: un dios de las aguas.
Atlacamani: diosa de las tormentas marinas.
Atlatonin o Atlatonan: diosa de las costas.
Atlaua o Atlahua: Señor de las Aguas, un dios del agua, patrono de los pescadores y los arqueros.
Chalchiuhtlatónal: el agua.

Chalchitlicue: La de la Falda de Verde Jade, diosa del agua y esposa de Tlaloc.
Matlalcehuitl (también Matlalcueje): diosa de los aguaceros y del canto, identificada con Chalchitlicue.

  Ígneos
Camaxtli: dios de la caza, la guerra, el destino y el fuego. Fue uno de los creadores del mundo.
Chantico: diosa del fuego celeste, los tesoros personales y los volcanes.
Huehuetéotl (también Ueueteotl, Xiuhtecuhtli, Xiutechuhtli): antiguo dios del corazón, el fuego de la vida. Asociado con la Estrella Polar y con el Norte, es uno de los que sostienen los cielos. Su nombre significa Dios Viejo.
Paynal: el mensajero de Huitzilopochtli.
Xócotl: Dios estrella asociado con el fuego.

  Alimento
Centéotl: también Cinteotl o Centeocihuatl, dios principal del maíz, hijo de Tlazotéotl. Le estaba dedicado el cuarto mes del año.
Chicomecóatl (también Chalchiuhcihuatl, Chiccoméccatl, o Xilonen): Siete Serpiente diosa del maíz nuevo, esposa de Centéotl, venerada particularmente por los huaxtecos.
Coatlicue: La de la Falda de Serpientes, madre de Coyolxauhqui, los Centzon Huitznahua, y Huitzilopochtli. Dios de la tierra.
Xilonen:’’ Barbuda’’, la diosa del jilote
Fertilidad y matriarcado
Chiconahui: una diosa doméstica de la fertilidad.
Temazcalteci (también Temaxcaltechi o Tozi) - diosa de los baños, diosa abuela, corazón de la tierra y madre de los dioses. Asociada con las parturientas y la guerra.
Teteoinnan: madre de los dioses.
Tlacúltetl es la diosa de la belleza y del amor sensual.
Toci Abuela de los Dioses, señora de la salud, de los temazcales, corazón de la tierra y señora de los textiles, fue sincretizada por Santa Ana
Tonantzin (también Omecíhuatl) Madre de Quetzalcoatl, antiguamente tenia su capilla en el cerro del Tepeyac, fue destruida por los españoles y se creó ahí la actual Villa de Guadalupe.
Tzítzmitl: anciana diosa abuela.
Xochipilli Príncipe Flor: Joven dios de las fiestas, la pintura, la danza, los juegos, el canto, el amor y la escritura. Castigaba con enfermedades secretas a quienes no le guardaban ayuno. Identificado con Macuilxóchitl y relacionado conCentéotl.
Xochiquetzal Flor de la Rica Pluma o Flor Preciosa: Diosa de la sexualidad femenina, las prostitutas, las flores, el placer, la artesanía, el tejido, la danza, el canto y las madres jóvenes.
Cihuacóatl: primera mujer en dar a luz, considerada por ello protectora de los partos
Tonacacíhuatl: diosa esposa de Tonacatecuhtli
Tonacatecuhtli: un dios mexica de la fertilidad. Durante la creación del mundo lo dividió en tierra y océano.
  Vicios
Huehuecóyotl (también Ueuecoyotl): Coyote Viejísimo, un dios bromista e indulgente, señor de la promiscuidad y los lugares salvajes. Capaz de cambiar de forma, se lo asocia con los tambores y el coyote.
Ometéotl (también Citlatonac u Ometecuhtli (masculino) y Omecíhuatl (femenino)): el/los dios/es de la dualidad, pregenerador/es de las almas y Señor/Señora de los cielos.
Macuilcozcacuauhtli: El Cinco Buitre, uno de los Ahuiateteo (dioses de los excesos).
Macuilcuetzpalin: El Cinco Lagarto, uno de los Ahuiateteo (dioses de los excesos).
Macuilmalinalli: El Cinco Hierba, uno de los Ahuiateteo (dioses de los excesos).
Macuiltochtli: El Cinco Conejo), uno de los Ahuiateteo (dioses de los excesos).
Macuilxóchitl: El Cinco Flor, dios de los juegos y el juego, y jefe de los Ahuiateteo, dioses de los excesos.
Mayáhuel (también Mayahual, o Mayóuel): diosa del maguey, y por extensión, del alcohol.
Ometochtli (El Dos Conejo): dios conejo ebrio, jefe de los Centzon Totochtin
Tepoztécatl (también Tezcatzontécatl): dios del pulque y los conejos.
Tlazoltéotl (también Tlaelquani, Tlazolteotli) Devoradora de la Mugre: diosa de la purificación de la mugre, la enfermedad o el exceso. A ella se acogían los moribundos para confesar sus pecados ante su teopixque (Sacerdote), también era considerada patrona del tejido, de los amores y placeres impuros. Protectora y patrona de los amantes.
   Muerte
Acolmiztli (Brazo de puma): un dios del inframundo azteca.
Chalmecatecuchtli: un dios del mundo subterráneo, Mictlan, y de los sacrificios.
Chalmécatl: el inframundo (Mictlan) y el norte.
Ilamatecuhtli (también Cihuacóatl or Quilaztli): La Vieja Princesa, anciana diosa de la tierra, la muerte, y la Vía Láctea. Su rugido indicaba la guerra.
Itztlacoliuhqui-Ixquimilli: dios de la piedra, la obsidiana, la frialdad, la dureza y el castigo. Aspecto de Tlahuizcalpantecuhtli
Iztli - dios del sacrificio y los cuchillos de piedra.
Itzpapálotl: Mariposa de Obsidiana, Reina de Tomoanchan y de los tzitzimime (demonios de las estrellas) así como una de las Cihuateteo (Mujeres deificadas) .
Mictecacíhuatl (o Mictlancíhuatl): diosa de la muerte y Señora de Mictlan, el inframundo de los infiernos.
Mictlantecuhtli (también Mictlantecuhtzi, o Tzontémoc): dios de la muerte y Señor de Mictlan, también dios del norte, uno de los que sostienen los cielos.
Teoyaomqui (también Teoyaomiqui): dios de los guerreros muertos.
Xochitónal: dios menor que cuida la entrada al "reino de los muertos". 

   Nocturnos
Chalchiutecélotl: un dios búho nocturno.
Chalchiutotolin: "Precioso Pavo Nocturno", dios de la pestilencia y el misterio.
Oficios
Acalometochtli (Dos conejos de las barcas): dios protector de los navegantes.
Chicomexochtli: un patrono de los artistas.
Cochímetl (también Coccochímetl): dios del comercio, el regateo, el trueque y los comerciantes.
Huixtocíhuatl (o Uixtochíhuatl): una diosa de la sal y también del agua salada.
Opochtli: dios zurdo de la caza, en particular la caza con trampas, y la pesca.
Tlacotzontli es la protectora de los caminos. Para hacerla favorable, los viajeros acudían ante ella sangrándose con ramas de espino.
Yacatecuhtli Señor de la Vanguardia: Dios de los mercaderes y los viajeros.
  
 Sanación
Ixtlilton: dios de la curación, las danzas, los festivales y los juegos. Hermano de Xochipilli.
Patécatl: El de la Tierra de las Medicinas, dios de la medicina y de la fertilidad, esposo de Mayahuel, creador del peyote y padre de los Centzon Totochtin
Toci: La abuela de los dioses, también señora de la salud entre los Tlaxcaltecas

  Mitológicos
Chiconahuiehécatl: asociado con la creación.
Iztaccíhuatl: princesa que se enamoró de uno de los guerreros de su padre
Malinalxochi: hechicera y diosa de las serpientes, escorpiones e insectos del desierto.
Tecuciztécatl: El del Caracol Marino, en algunos mitos asimilado con Tezcatlipoca.

  Calendáricos
Cipactónal: dios de la astrología y el calendario.
Oxomoco: diosa de la astrología y el calendario.

  Otros
Cuaxólotl: una diosa del corazón.
Tlatlauhqui
Tloquenahuaque
Yayauhqui

  Grupos de dioses
Aihuateteo (también Macuiltonaleque): los cinco dioses de los excesos
Centzon Huitznahua: Dioses aztecas de las estrellas del Sur.
Son los hermanos rebeldes de Huitzilopochtli e hijos de Coatlicue.
Centzon Totochtin (cuatrocientos conejos): dioses del pulque, "inmorales" y ebrios
Cihuateteo (o Cihuapipiltin): almas de las mujeres muertas al dar a luz como demonios de la noche que roban niños y causan ataques.
Civatateo: almas de las mujeres muertas al dar a luz que guían al sol poniente en los cielos del Oeste. También acompañan a los guerreros al cielo.
Tzitzimime: Demonios estrella de la oscuridad, que atacan al Sol durante los eclipses y amenazan la Tierra.
Xmulzencab: dioses abeja.

  Criaturas sobrenaturales
Ahuízotl: Era una criatura con forma de perro, manos de mono y con una larga cola que terminaba en una mano y con la que ahogaba a los incautos. Estaba al servicio de los dioses del agua, por lo que la víctima solo podía ser tocada por los sacerdotes luego de haber sido sacada del agua. Era símbolo de mala suerte y desgracia. En ocasiones el ahuizotl lloraba como un niño atrayendo a quien se atreviese a ver de dónde procedía el sonido.
Cipactli: el caimán en los cimientos de la Tierra, fue muerto por la lanza de Tezcatlipoca, aunque le arrancó a éste el pie izquierdo, también llamado Tlaltecuhtli.
Nahual: un espíritu tutelar animal o vegetal.
Nahuál: un hechicero o una bruja con la habilidad de cambiar de forma.
Telcalipoca: el gran oso.
Tlaltecuhtli Señor de la tierra, una diosa-caiman, Mostruo marino, asociada con los partos difíciles. Según algunas tradiciones, para crear la tierra Quetzalcóatl y Tezcatlipoca la bajaron del cielo y la dividieron, separando la tierra del cielo. De sus cabellos se hicieron los árboles, flores y yerbas, de sus ojos pozos, fuentes y cuevas, de su boca ríos y cavernas, y de su nariz valles y montañas.
 
  Héroes y reyes legendarios
Popocatépetl: guerrero legendario que murió en batalla y fue cambiado en montaña junto a su amante, Iztaccíhuatl.
Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl: rey sacerdote legendario de la mítica ciudad de Tollan.
Iztaccíhuatl Amante de Popocatépetl. Al morir de pena por engaño de su padre (Quien le dijo que Popocatépetl había muerto en batalla), su cuerpo formó el Iztaccíhuatl (Mujer Dormida), el volcán que custodia la cuenca del Anáhuac.

   Lugares
Aztlan,es el lugar de la blancura: Hogar original de los mexicas antes de su migración y establecimiento en Tenochtitlan. Es un misterio donde era se ubicaba o por que tuvieron que dejarlo.
Mictlan: el inframundo.
Tlalocan: el primer paraíso, regido por Tláloc, donde las almas de los muertos aguardaban la reencarnación.
Tlillan-Tlapallan: el reino medio de los cielos, o paraíso medio, reservado a quienes entendieran la sabiduría de Quetzalcóatl.
Tonatiuhichan: el paraíso más alto.
Tomoanchan: Paraíso mítico sobre el que rige Itzapapálotl.
Según el mito de la creación azteca, fue allí donde los dioses crearon la actual raza humana.
 
La Mitologia Mexica proviene la cultura Panamerica que se llamaba la Olmeca, los Nahua fueron herederos de ella. 

Nota: Datos tomados de wikipedia.

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Chalchitlicue

  Chalchitlicue [Mitología de México Prehispanico]

Chalchitlicue - Mitología de México
 En la mitología mexica, Chalchiuhtlicue (náhuatl: chalchihuitl-cueitl, 'Piedra preciosa-falda' ‘La de la falda de piedras preciosas’)? es la diosa de los lagos y corrientes de agua. También es patrona de los nacimientos, y desempeña un papel importante en los bautismos aztecas. Preside sobre el día 5 Serpiente y sobre el tricenal de 1 Caña.
   Fue una de las figuras femeninas más importantes vinculada al líquido en la cultura mesoamericana. Chalchiuhtlicue fue considerada también como la más importante protectora de la navegación costera en el México antiguo.
En el mito de los cinco soles, ella alumbró al mundo en el Primer Sol, dominaba el cuarto mundo, en la era Cuatro-Agua. Durante su reinado el cielo era de agua, la cual cayó sobre la tierra como un gran diluvio a manos de esta diosa. Los seres humanos se transformaron en peces.

  Pareja o dualidad de Tláloc y con él fue madre de Tecciztécatl y rigió sobre Tlalocan. En su aspecto acuático, es conocida como Acuecucyoticihuati, diosa de los océanos, los ríos y todas las aguas que corren, así como patrona de las parturientas. Se dice también que fue esposa de Xiuhtecuhtli. A veces se la asocia con la diosa de la lluvia, Matlálcueitl.
   En el arte, Chalchiuhtlicue se ilustra usando una falda verde y con breves líneas negras verticales en la parte inferior de su rostro. En algunos casos pueden verse niños recién nacidos en una corriente de agua que surge de sus faldas.
   Se la encuentra representada en varios manuscritos de México, incluyendo las placas 11 y 65 del Códice Borgia (precolombino), en la página 5 del Códice Borbónico del siglo XVI, y en la página 17 del Códice Ríos. Sus esculturas están generalmente hechas de piedra verde, como corresponde a su nombre
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lunes, 20 de septiembre de 2010

Creación del Quinto sol.

Creación del Quinto Sol

Creación del Quinto sol.
  
Creación del Quinto sol. 2Ometecuhtli, el creador supremo y su esposa Omecíhuatl, tuvieron cuatro hijos, y cada uno representa una era y un elemento de la naturaleza: tierra, fuego, viento y agua. Así, mientras estas fuerzas estén equilibradas, habrá sol, dice la leyenda, pero si reina el desequilibrio, el sol, la tierra y los humanos de esa era morirán.

   Sin embargo, los dioses, que casi siempre son vanidosos, lucharon para demostrar su supremacía ante los otros y esto desequilibro el cosmos.

   El primer sol fue creado por Tezcatlipoca, dios de la tierra. Sin embargo, el hombre que creo fue gigante y sólo pudo alimentarse de bellotas, por lo que creció débil y los jaguares terminaron devorándolo.

   El segundo sol lo creo Quetzalcóatl, dios del viento. Los seres humanos solo tenían semillas para alimentarse y, debido a e los grandes vientos creados por el dios, salían volando lejos.
Creación del Quinto sol. 3
                           
   El tercer sol fue creado por Tlaloc, dios de la lluvia. Sin embargo, los hombres sólo tenían cereales para alimentarse y no eran suficientes. En esta era los volcanes enterraron al mundo entre cenizas y piedra volcánica.

   Chalchiutlicue, diosa del agua, creo al cuarto sol. Los humanos se alimentaban de una semilla pero no era suficiente para estar fuertes y con las inundaciones creadas por la diosa murieron.
   Los dioses se dieron cuenta de que necesitaban los humanos para que los veneraran. Para ello necesitaban un quinto sol. Pero ¿Cómo crearlo? Sólo si los dioses se sacrificaban podrían tener un quinto sol. Asi que pidieron voluntarios para arrojarse al fuego.

  Teucciztecátl y Nanahuatzin se ofrecieron como voluntarios. El primero era un dios agraciado y reconocido. En cambio Nanahuatzin era feo y sus ropajes modestos. Cuando Teucciztécatl intento arrojarse, el miedo fue más fuerte que él y retrocedió en cuatro ocasiones. Cuando tocó el turno a Nanahuatzin, esté se arrojó sin ningún titubeo.

  Al anochecer, apareció una bola de fuego en el cielo. Su brillo era tan fuerte que nadie podía mirarla directamente. Los dioses supieron  que era Nanahuatzin. Después apareció otra bola igual de brillante, pero los dioses decidieron que no podía brillar, pues ese dios había sido un cobarde; así que arrojaron un conejo a la hoguera que tenían encendida y, a los pocos minutos, la silueta del conejo apareció en la segunda bola de fuego. Así se crearon el sol y la luna.



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Quetzalcóatl ladrón.

Quetzalcóatl ladrón. Mitología
  Cuenta la leyenda que Quetzalcóatl, convertido en hormiga negra, se metió en las entrañas de una montaña y robó la semilla del maíz para que los hombres se alimentaran.
  Lo interesante es que las pirámides representan a las montañas y las montañas algunas veces tienen túneles que conducen a cuevas.
  Las cuevas, además representan al interior de la tierra y el lugar de donde proviene la vida- las plantas, por ejemplo. Ahí también se representa a la muerte (cuando morimos nos entierran). En la visión de los antiguos pobladores de Mesoamérica todo está lleno de ideas opuestas: vida y muerte, noche y día, montañas y cuevas.
   Esto demuestra la importancia que le daba el hombre prehispánico a su entorno. Observaban los ciclos de la vida para saber cuándo sembrar y cuándo cosechar; hacían sus centros ceremoniales y pirámides imitando la naturaleza y además aprovechaban estudiar el paso del día, de la noche así como el movimiento del sol, la luna y las estrellas. Era su manera de interpretar el paso del tiempo.
   Uno de los mitos que explican la creación del mundo cuenta que los dioses se sacrificaron para que el hombre y el mundo pudiera nacer.
    Por eso para los hombres era tan importante el sacrificio. Había que sacrificarse y ofrecer sangre a los dioses -sacrificaban niños recién nacidos o guerreros capturados- para mantener el orden de las cosas.
   Las pirámides y los centros ceremoniales, por lo general estaban estucadas, policromadas y reflejaban como era la vida y la muerte en ese entonces, sus creencias y su manera de ver el mundo.

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miércoles, 15 de septiembre de 2010

✿~La vida es lo que sucede...

La vida es lo que sucede...- Frases
                          "La vida es lo que te sucede mientras estas ocupado haciendo otros planes"  (John Lennon)


   "Life is what happens to you while your busy making other plans" es parte de la canción "Beautiful boy" que John Lennon le escribió a su hijo Sean…y estas palabras encierran una gran verdad , si bien es sano y necesario hacer planes para el futuro inmediato y tener proyectos para el futuro, también es verdad que la vida de pronto te sorprende con situaciones con las que no contabas que a veces son incidentes negativos o retos a vencer, pero las más de las veces son maravillosas circunstancias que transforman la vida y nos llevan por caminos que ni por asomo nos planteamos seguir.

   Al inicio de este mes entre mis planes para este blog estaba el ofrecer cada día algún tema sobre México y mexicanos ilustres, (para celebrar con mi pequeño granito de arena el aniversario 200 de la independencia de México) pero me fue imposible ya que por cuestiones de salud estuve encerradita y sin acceso a una computadora; pero no queda en los planes para el blog, he recibido una noticia inesperada que me cambia la perspectiva en los aspectos más importantes de mi vida me llena de luz, de ilusión y me lleva a la conclusión de que no existe un camino,  la cancion de Joan Manuel Serrat tiene toda la razón: “se hace camino al andar".   

  Por supuesto seguiré planeando que hacer con mi día a día y también seguiré haciendo planes para el futuro, pero fascinada me entrego sin límites a vivir a plenitud cada nueva sorpresa que la vida me quiera regalar, soy materia dispuesta, pero sobretodo soy un espíritu agradecido con esta hermosa aventura que es vivir.


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viernes, 3 de septiembre de 2010

Amado Nervo

Amado Nervo

Amado Nervo Breve Biografía
 (México 1870- Uruguay 1919) 
Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo, poeta y prosista mexicano.
   La mejor manea de conocer a Amado Nervo es leer sobre el en sus propias palabras breves autobiografías escritas en España. Dice en una de ellas: "Nací en Tepic, pequeña ciudad de la costa del Pacífico, el 27 de agosto de 1870. Mi apellido es Ruiz de Nervo; mi padre lo modíficó, encogiéndolo.

   Se llamaba Amado y me dio su nombre. Resulté, pues, Amado Nervo, y, esto que parecía seudónimo -así lo creyeron muchos en América-, y que en todo caso era raro, me valió quizá no poco para mi fortuna
literaria. ¡Quién sabe cuál habría sido mi suerte con el Ruiz de Nervo ancestral, o si me hubiera llamado Pérez y Pérez".

  En su otra confesión autobiográfica, casi desconocida, dice más aún: "Soy descendiente de una vieja familia española que se estableció en San Blas a principios del siglo pasado. Hice mi instrucción primaria en las modestas escuelas de mi ciudad natal; muerto mi padre cuando yo tenía nueve años, mi madre me envió a
un Colegio de Padres Romanos, al de Jacona, en Michoacán, que entonces gozaba de cierta fama. En este colegio y después en el seminario de Zamora, Michoacán, hice mis estudios preparatorios, empezando, naturalmente, por el latín. Quise seguir la carrera de abogado y estudié dos años, pero el quebrantamiento rápido de la herencia paterna me obligó a volver a Tepic a ponerme al frente de lo poco que nos quedaba y a trabajar para ayudar a mi familia, que era numerosa. Después, buscando mejor destino, marché a Mazatlán, donde escribí en el Correo de la Tarde mis primeros artículos. Más tarde me dirigí a la Capital (en 1894) y ahí con los esfuerzos y penalidades consiguientes, logré abrirmecamino".
Con frecuencia se refieren sus biógrafos a estas penalidades, entre las que mencionan que tuvo que lucrar el pan de "estanquillero" y hasta de "tablajero" en el Rastro, y quizás a ello alude el mismo Nervo cuandoasegura que el escritor "vive regularmente o de un empleo, o de algo más prosaico; a veces es tendero, a veces carnicero, a veces "coyote" y a veces, muy raras... negociante en grande". Mayores aún fueron sus penas morales, como la pérdida de su hermano Luis -comerciante ocasional y asimismo poeta-,
quien, sin la fortaleza de Amado, desertó de la vida en plena lucha. Años después consignará en sus Apuntes para un libro que no escribirénunca, estas palabras: "Yo he visto el rayo verde, que trae ventura. Lo vimos en una playa mazatleca mi hermano y yo, una tarde de julio. Mi hermano se suicidó y yo... etcétera".
Escribió en EL Mundo Ilustrado, El Nacional, El Mundo, EL Imparcial y en las mejores revistas literarias. Fue copiosa su producción y variada: cuentos, semblanzas, artículos humorísticos, reseñas teatrales, crítica de libros, artículos dialogados, crónicas, etc. Y, además, muchos versos. Los que leyó ante el sepulcro de Manuel Gutiérrez Nájera, en el primer aniversario de su muerte, merecieron el aplauso unánime de los poetas y señalaron el punto de partida de su ascensión lírica.Pero, en realidad, su nombre comenzó a difundirse en 1895 con la publicación de su primer libro, que no fue una colección poética,
sino una novela corta: El Bachiller. "Por lo audaz e imprevisto de su forma -dice Nervo-, y especialmente de su desenlace, ocasionó en América tal escándalo, que me sirvió grandemente para que me conocieran". Juzgada a la distancia de los años, queda como una buena obra inicial que refleja mucho del ambiente zamorano y de sus propias vivencias de seminarista.Místicas fue su primer libro de versos publicado (1898), si bienno el primero que escribió, pues tal prioridad corresponde a Perlas Negras -obra de adolescencia- que salió a luz en el mismo año. Místicas le situó desde luego entre los poetas jóvenes de más claro porvenir: allí aparecía diferente a los demás y sin competidores en la poesía religiosa, que en este libro sonaba de una manera insólita y refinada.
 
 Después de El Bachiller publicó su atrayente narración fantasista titulada El Donador de Almas. Ambas novelitas, juntas con Pascual Aguilera -obra primeriza- formaron el volumen impreso en Barcelona con el título de Otras Vidas. En esta época comienza a manifestar sus conocimientos astronómicos en que fue iniciado por Luis G. León. En 1899 se representó en el Teatro Principal una zarzuela suya, Consuelo, con la que pretendía ensayarse en otro género literario y trabajar por al advenimiento de un arte racional. No insistió en estos propósitos.

   Como todos los poetas finiseculares, amaba a París y pudo conocerlo en 1900. Fue enviado como corresponsal de El Mundo; pero, no obstante que Nervo cumplía eficazmente con su encargo y de que a los lectores les parecían muy bellas sus correspondencias –"de México me dicen que dicen que se ha desàrrollado mucho mi talento en París"-, pronto fue despedido en forma inopinada por el gerente de la empresa. Y volvió a encontrarse con la pobreza, pero también se encontró con el amor; con el grande amor "para toda la vida"; es decir, con Ana Cecilia Luisa Dailliez, la dulce mujer que fue su compañera durante más de diez años- "encontrada en el camino de la vida el 31 de agosto de 1901. Perdida (¿para siempre?), el 7 de enero de 1912"- y cuya muerte le causó "la amputación más dolorosa de sí mismo". Fruto de este dolor fue un libro de versos muy leído: La Amada Inmóvil.

    En París conoció a Verlaine, a Moreas, a Wilde, etc., y fue amigo de los escritores y poetas hispanoamericanos que residían o pasaban por aquella Lutecia que tanto encandiló a la generación de los modernistas.
Allí selló su amistad con Rubén Darío; amistad sin quebrantos ni recelos, excepcional entre los grandes artistas y justamente calificadade ejemplar. En París publicó la versión francesa de El Bachiller -con el título de Orígene- y una obra poética, Poemas, que había de extender su celebridad en los países de habla española. Uno de estos poemas, La Hermana Agua, cuenta entre sus mayores aciertos.
   Ya de regreso en México (1902), publicó su bello libro de prosa y verso llamado El Exodo y Las Flores del Camino y colaboró asiduamenteen la Revista Moderna, compartiendo después su dirección con Jesús
E. Valenzuela. En el mismo año publicó Lira Heroica. Merced a los sufragios del grupo modernista, en 1903 alcanzó el triunfo de primacía entre los poetas mexicanos. De 1902 a 1905 trabajó nuevamente en El Mundo, El Imparcial y El Mundo Ilustrado.
  Sacó a luz otro libro de versos: Los Jardines Interiores, que es el mismo que había comenzado a preparar con el título de Savia Enferma. En esa misma época obtuvo, por oposición, el cargo de profesor de lengua castellana en la Escuela Nacional Preparatoria.En 1905 ingresó en el servicio diplomático con la categoría de segundosecretario adscrito a la Legación de México en Madrid. De allá enviabasus correspondencias a su periódico, El Mando, y a la vez escribía jugosos informes sobre lengua y literatura para el Boletín de la
Secretaría de Instrucción Pública. Más tarde colaboró en periódicos de Buenos Aires y La Habana. En España escribió muchos de sus mejores libros, entre los cuales descuellan En Voz Baja, Juana de Asbaje,
Serenidad, La Amada Inmóvil, Elevación y Plenitud.
  En I9I4, con motivo de los sucesos políticos de nuestro país, cesó en su cargo de primer secretario y volvió una vez más a su bien amadapobreza. El cariño que había sembrado inspiró a sus amigos españoles la idea de solicitar de las Cortes una pensión para el poeta; pero éste, con el decoro propio de su carácter, se apresuró a declinarla gentilmente. Más tarde fue restituido en su puesto por el Gobierno de México y, en I918, llamado para conferirle un nuevo cargo. Con credenciales de Ministro Plenipotenciario y Enviado Plenipotenciario ante los Gobiernos de Argentina y Uruguay, partió de México a principios de 1919. Fue recibido en ambos países con insólitas muestras de admiración y afecto.
    Minado por sus males, tuvo fuerzas, sin embargo, para amar una vez más; en Buenos Aires encontró -dice Alfonso Méndez Plancarte- "su último amor humano, todo cándida limpidez y hecho por partes iguales de admiración, piedad y ternura". Murió en Montevideo el 24 de mayo de 1919. Su retorno a la patria y sus funerales constituyeron una verdadera apoteosis. Yacen sus restos en la Rotonda de los Hombres Ilustres.
  Tópico muy repetido por Amado Nervo en sus diversas páginas autobiográficas, fue el de que carecía de historia. En 1895 escribía: "Semejante al rey del cuento de Juan de Dios Peza, soy un hombre a quien jamás le sucedió cosa alguna". En su breve autobiografía de 1906, insistía: "Mi vida ha sido muy poco interesante: como los pueblos felices y las mujeres honradas, yo no tengo historia", palabras que después puso en sílabas contadas: ¿Versos autobiográficos? Ahí están mis canciones, allí están mis poemas: yo, como las naciones
venturosas, y a ejemplo de la mujer honrada, no tengo historia: nunca me ha sucedido nada.

 No obstante la afirmación, en su vida se entretejieron armoniosamente los sucesos dignos de mención, ya adversos, ya venturosos. Escribió muchos libros; fue combatido, pero a la vez amado y ensalzado; fue afortunado capitán en las filas del movimiento literario más importante que ha tenido América. Por el camino de la sinceridad, de la sencillez y del trabajo silencioso.
  
    Sus poemas tienen la sencillez y la claridad que distinguen al movimiento, pero sobretodo a la exquisita sensibilidad de su alma.


Amado Nervo En paz, Incoherencias
EN PAZ
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!



INCOHERENCIAS
Para José I. Bandera

Yo tuve un ideal, ¿en dónde se halla?
Albergué una virtud, ¿por qué se ha ido?
Fui templado, ¿do está mi recia malla?
¿En qué campo sangriento de batalla
me dejaron asi, triste y vencido?

¡Oh, Progreso, eres luz! ¿Por qué no llena
tu fulgor mi conciencia? Tengo miedo
a la duda terrible que envenena,
y que miras rodar sobre la arena
¡y, cual hosca vestal, bajas el dedo!

¡Oh, siglo decadente, que te jactas
de poseer la verdad!, tú que haces gala
de que con Dios, y con la muerte pactas,
devuélveme mi fe, yo soy un Chactas
que acaricia el cadáver de su Atala...

Amaba y me decías: ,
y murió mi pasión; luchaba fiero
con Jesús por coraza, triza a triza,
el filo penetrante de tu acero.

¡Tengo sed de saber y no me enseñas;
tengo sed de avanzar y no me ayudas;
tengo sed de creer y me despeñas
en el mar de teorías en que sueñas
hallar las soluciones de tus dudas!

Y caigo, bien lo ves, y ya no puedo
batallar sin amor, sin fe serena
que ilumine mi ruta, y tengo miedo...
¡Acógeme, por Dios! Levanta el dedo,
vestal, ¡que no me maten en la arena!











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miércoles, 1 de septiembre de 2010

✿~Septiembre, mes de la Patria

   Llegó Septiembre y empieza la cuenta regresiva para los festejos del Bicentenario de la Independencia de México,(que en realidad han comenzado meses antes), y vemos y escuchamos por todos lados de fiestas, programas de televisión, libros, foros de debate, etc., y suena fuerte la pregunta: “¿Hay algo que celebrar?”. Quienes cuestionan dan motivos y números de por qué no debería haber tal festejo, se sacan “trapitos al sol” de celebérrimos personajes, héroes y próceres de la Independencia y la Revolución y nos dan detalles de la historia de una manera en algunos casos distinta a como se nos enseño ( y que no tuvimos la curiosidad de investigar), y se escuchan cifras de terribles realidades que se viven en nuestro país: la delincuencia organizada, la lucha contra el narcotráfico que ha dejado una cifra enorme de caos y muerte; la desigualdad social, la cantidad enorme de injusticas que se cometen; que si solo logramos ser número uno en obesidad y cosas peores… y un sinfín de situaciones que de solo pensar  dan ganas de salir corriendo a donde sea…


  Pero aún en medio de tantas voces, es necesario tomarnos unos minutos para buscar una respuesta honesta en nosotros mismos, y empezar a valorar este país en el que nos ha tocado nacer o vivir, dejar a un lado el miedo y el temor y la irresponsable manía de culpar a otros de nuestros males; hacernos cargo de una vez por todas de lo que nos toca hacer, dejar la actitud infantil de esperar que nos digan nuestros deberes, y muchas otras actitudes negativas que a veces parece que formaran parte de ser mexicano.

   Claro que es importante conocer la verdad de nuestra historia y reconciliarnos con nuestra realidad para de ahí partir y ver con claridad hacia el futuro, tomar lo bueno y terminar por dejar rencores ancestrales tenemos un país hermoso por el que miles de mexicanos han actuado por convicción con el ideal de que sea mejor; poseemos riquezas inmensas, dejemos de desperdiciar y maltratar nuestros recursos y empecemos ¡YA! A usarlos adecuada y conscientemente para aprovecharlos con inteligencia; tenemos recursos humanos invaluables, demos el valor y reconocimiento a cada persona que por su experiencia nos aporta conocimiento ,enseñanzas, o el fruto de su trabajo y dedicación; demos a los niños y jóvenes la motivación y el cause necesario para que canalicen su energía positivamente; tenemos un sinfín de valores inherentes a nuestra cultura, tenemos libertad para expresarnos usémosla para ser mas propositivos y menos quejosos y tenemos, sobretodo, el derecho de decidir sobre nuestros actos, con voluntad podemos dar a nuestros hijos el ejemplo de cómo ser un buen ciudadano, de cómo realizar con verdadero compromiso nuestro trabajo, de cómo cultivamos valores verdaderos y trascendentales aun en las tareas cotidianas de cada día…

   La respuesta de cómo ser el país que deseamos esta en cada uno de nosotros, festejemos entonces con convicción lo que somos, pero sobre todo celebremos que tenemos la posibilidad de superarnos a nosotros mismos y crear, con compromiso y coherencia la Patria que soñamos.
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