miércoles, 3 de agosto de 2011

Como decir amor...



Cómo decir, amor, en qué momento
te rompes dulcemente entre las manos,
sin quejas, sin recuerdos, sin arcanos
y tal vez sin temor ni sufrimiento.

Cómo volver a amar, qué sentimiento
de elementos divinos o profanos
puede reverdecer entre desganos,
en la etapa final del desaliento.

Pregunta al corazón por qué no cree,
pregúntale al mirar qué cosas lee,
pregunta al labio cruel por qué no besa,
y te dirán, sin duda, su fatiga
del amor fiel o la pasión mendiga,
su falta de esperanza o de sorpresa.
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Tu duermes, ya lo se...


Tú duermes, ya lo sé.
Te estoy velando.
No importa que estés lejos,
que no escuche
tu cadencia en la sombra;
no importa que no pueda
pasar mi mano sobre tu cabeza,
tus sienes y tus hombros.

Yo estoy velando, siempre.
No importa que no pueda acurrucarme
para que tú me envuelvas sin saberlo,
para que tú me abraces sin sentirlo,
para que me retengas
mientras yo tiemblo y digo simplemente
palabras que no escuchas.

Yo puedo estar tan lejos
pero sigo velando cuando duermes.

Julia Prilutzky


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martes, 2 de agosto de 2011

¿Que es el arte? Por Leon Tolstoi

 TYde ella. La palabra que trasmite los pensamientos de los hombres es un lazo de unión entre ellos; lo mismo le ocurre al arte. Lo que lo distingue de la palabra es que ésta sirve al hombre para transmitir a otros sus pensamientos, mientras que, por medio del arte, sólo le trasmite sus sentimientos y emociones. La transmisión se opera del modo siguiente:


Un hombre cualquiera es capaz de experimentar todos los sentimientos humanos, aunque no sea capaz de expresarlos todos. Pero basta que otro hombre los exprese ante él para que enseguida los examine él mismo, aún cuando no los haya experimentado jamás.


Para tomar el ejemplo más sencillo, si un hombre ríe, el hombre que le escucha reír se siente alegre; si un hombre llora, el que le ve llorar se entristece. Si un hombre se irrita o excita, otro hombre, el que le ve, cae en un estado análogo. Por sus movimientos o por el sonido de su voz expresa un hombre su valor, su resignación, su tristeza, y estos sentimientos se transmiten a los que le ven y le oyen. Un hombre expresa sus padecimientos por medio de suspiros y sonidos y su dolor se trasmite a los que le escuchan. Lo propio ocurre con otros mil sentimientos.


    Sobre esta actitud del hombre de experimentar los sentimientos que experimenta el otro, está fundada la forma de actividad que se llama arte. Pero el arte propiamente dicho no empieza hasta que experimenta una emoción y quiere comunicarla a otros, y recurre para ello a signos exteriores. Tomemos un ejemplo bien sencillo. Un niño ha tenido miedo al encontrase con un lobo y explica su encuentro; y para evocar a sus oyentes la emoción que ha experimentado les describe los objetos que le rodean: la selva, el estado de descuido en que se halla su espíritu, luego la aparición del lobo, sus movimientos, la distancia que les separa, etc. Todo esto es arte si el niño, contando su aventura, pasa de nuevo por los sentimiento que experimentó, y si sus oyentes, subyugados por el sonido de su voz, sus ademanes y sus imágenes, experimentan sensación análoga. Hasta si el niño no ha visto jamás al lobo, pero tiene miedo de encontrarlo, y deseando comunicar a otros el miedo que ha sentido, inventa el encuentro con un lobo, y lo cuenta de modo que comunique el miedo que sintió, todo esto será también arte. Arte hay en un hombre, si habiendo experimentado miedo o deseo, en realidad o imaginariamente, expone sus sentimientos en la tela o en el mármol, de modo que hace que otros experimenten esos sentimientos. Arte hay si un hombre luego de sentir o creer sentir alegrías, tristeza, desesperación, valor o abatimiento...expresa todo eso por medio de sonidos que permitan a otros sentir lo que él sintió.


Los sentimientos que el artista comunica a otros pueden ser de distinta especie, fuertes o débiles, importantes o insignificantes, buenos o malos; pueden ser de patriotismo, de resignación, de piedad; pueden expresarse por medio de un drama, de una novela, de una pintura, de un baile, de un paisaje, de una fábula. Toda obra que los exprese así, es obra de arte.


   Desde que los espectadores o los oyentes experimentan los sentimientos que el autor expresa, hay obra de arte.


  Evocar en sí mismo un sentimiento experimentado y comunicado a otros por medio de líneas, colores, imágenes verbales, tal es el objeto propio del arte. Esta es una forma de la actividad humana que consiste en trasmitir a otro los sentimientos de un hombre, consiente y voluntariamente por medio de ciertos signos exteriores. Los metafísicos se engañan viendo en el arte la manifestación de una idea misteriosa de la Belleza o de Dios; el arte tampoco es, como pretenden los tratadistas de estética fisiólogos, un juego en el que el hombre gasta su exceso de energía; tampoco es la expresión de las emociones humanas por signos exteriores; no es tampoco una producción de objetos agradables; menos aún es un placer: es un medio de fraternidad entre los hombres que les une en un mismo sentimiento y, por lo tanto, es indispensable para la vida de la humanidad y para su progreso en el camino de la dicha.


  Así como merced a nuestra facultad de expresar los pensamientos por palabras, cada hombre puede saber lo que antes a él le ocurrió en el dominio del pensamiento, y puede también en el tiempo participar de la actividad de los otros hombres y trasmitir a sus contemporáneos y descendientes los pensamientos que recogió y los que él mismo ha producido, así también, merced a nuestra facultad de poder trasmitir nuestros sentimientos a los demás por medio del arte, todos los sentimientos experimentados junto a nosotros pueden sernos asequibles, así como los sentimientos experimentados cien años antes de nosotros.


  Si no tuviéramos la capacidad de conocer los pensamientos concebidos por los hombres que nos precedieron y de trasmitir a otros nuestros propios pensamientos, seríamos como animales salvajes o como Gaspar Hauser, el huérfano de Nuremberga, que, criado en la soledad, tenía a los diez y seis años la inteligencia de un niño. Si no tuviéramos la capacidad de conmovernos con los sentimientos ajenos por medio del arte, seríamos casi más salvajes aún, estaríamos separados uno de otro, nos mostraríamos hostiles a nuestros semejantes. De ahí resulta que el arte es una cosa de las más importante, tan importante como el mismo lenguaje.


  Se nos ha acostumbrado a no comprender bajo el nombre de arte más que lo que oímos y vemos en teatros, conciertos y exposiciones, o lo que leemos en los poemas y novelas. Pero esto no es más que una parte ínfima del arte verdadero, por medio del cual trasmitimos a otros nuestra vida interna, o recogemos la vida interna de otros. Toda la existencia humana está llena de obras de arte, desde las canciones que se cantan a los niños para dormirlos, hasta las ceremonias religiosas y públicas. Todo es igualmente arte.


   Así como la palabra no obra solamente sobre nosotros en los discursos y los libros, sino también en las conversaciones familiares, así también el arte en el amplio sentido de la palabra impregna nuestra vida eterna, y lo que se llama arte en sentido restringido está lejos de ser el conjunto del arte verdadero.


  Durante largos siglos, la humanidad sólo se fijó en una porción de esa enorme y diversa actividad artística: en la porción de obras de arte que tenían por objeto la transmisión del sentimiento religioso. Los hombres negaron importancia a todas las formas de arte que no eran religiosas, a las canciones, a los bailes, cuentos de hadas, etc.; y únicamente por azar los grandes maestros de la humanidad censuraron ciertas manifestaciones de este arte profano, cuando se les antojaban opuestas a las concepciones religiosas de su tiempo.


  Así los sabios antiguos, Sócrates, Platón, Aristóteles, entendieron el arte, y así lo entendieron los profetas hebreos y los primeros cristianos, así lo entendieron todavía los islamitas, así lo entiende el pueblo en nuestras campiñas rusas. Recuérdese que maestros de la humanidad, Platón por ejemplo, y naciones enteras como los mahometanos y budistas han negado a las artes el derecho de existir.


  Sin duda esos hombres y esas naciones tenían culpa condenando a las artes, que era querer suprimir una cosa que no puede suprimirse, uno de los medios de comunicación más indispensables entre los hombres. Su error era, sin embargo, menor que el que cometen ahora los europeos civilizados favoreciendo las artes con tal que produzcan la belleza, es decir, con tal que procuren placer. Antes se temía que entre las diversas obras de arte hubiera algunas que pudiesen corromper a los hombres, y por impedir su acción deletérea se condenaba al arte; pero hoy el temor de privarse de un placer nimio basta para hacernos favorecer todas las artes, a riesgo de admitir algunas extremadamente peligrosas. Error mucho más grosero que el otro y que produce consecuencias mucho más desastrosas. (*)
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domingo, 24 de julio de 2011

Poema del Olvido


Viendo pasar las nubes fue pasando la vida,
y tú, como una nube, pasaste por mi hastío.
Y se unieron entonces tu corazón y el mío,
como se van uniendo los bordes de una herida.

Los últimos ensueños y las primeras canas
entristecen de sombra todas las cosas bellas;
y hoy tu vida y mi vida son como estrellas,
pues pueden verse juntas, estando tan lejanas...

Yo bien sé que el olvido, como un agua maldita,
nos da una sed más honda que la sed que nos quita,
pero estoy tan seguro de poder olvidar...

Y miraré las nubes sin pensar que te quiero,
con el hábito sordo de un viejo marinero
que aún siente, en tierra firme, la ondulación del mar.
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viernes, 20 de mayo de 2011

El arte...

El arte | frases | paleta
    El arte es en general, un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El alma es un piano con muchas cuerdas. El artista 
es la mano, que mediante una tecla determinada,
hace vibrar el alma humana
Kandinski
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viernes, 13 de mayo de 2011

Si me quieres...

Quiéreme entera
Dulce María Loynaz

(1902-1997)

Quiéreme entera Dulce María Loynaz mujer acostada


Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... o no me quieras! 
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Plegaria

Un pedazo de tierra para posar mi planta.
Y ahi una huella sabia que conduzca la mía.
Un rincon en el cielo donde anidar mis ansias.
Con una estrella para saber que tu me miras.
Sobre mi frente un techo, bajo el techo una llama,
un pan como la esposa, de suavidad benigna.

Un amigo y un libro, salud pero no tanta
como para olvidar que he de morir un día,
Un hijo que me enseñe que soy tu semejanza.
Sosiego en el espiritú...Gratitud en el alma...
Eso pido Señor, y al final de mi vida,
dártelo todo a cambio de un poco de esperanza.
  Armando Fuentes Aguirre
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jueves, 3 de marzo de 2011

Lanza del Vasto [Breve selección de textos]




 La vida es una suave quemadura
(“Retorno de la Evidencia”)

        Al principio de los tiempos el fuego encontró el agua, su enemiga.
  Y se unió con ella, en secreto. De allí nacieron los seres vivos, las plantas primero llamas mojadas, y nosotros los destellos.
  Savia y sangre son agua que llamea y fuego que emana. Fuego sensato, atemperado de agua que no consume lo que ha formado pero si la compone; fuego que goza y se recoge, fuego que piensa. Si, la vida es una suave quemadura.  

   NO-VIOLENCIA ACTIVA 
  ("Umbral de la vida interior")
  ¿Cuáles son las actitudes positivas frente a un conflicto? De entrada vemos cuatro.
  La primera, volver la cabeza y eludir el problema, sobre todo cuando no se nos ataca personalmente directamente, por que como es sabido, “siempre tenemos suficiente valor para soportar los males ajenos”. En resumidas cuentas, eso no nos concierne. Permanecemos neutrales o mejor dicho, no permanecemos, ya que  nos escurrimos discretamente.
  La Segunda actitud es la de meternos con bravura en la pendencia, devolviendo golpe por golpe o dos por uno, si podemos.
  La tercera: es la de girar sobre los talones, sencillamente: nos vamos.
  La cuarta: Levantar las manos, caer de rodillas, implorar gracia, invocar clemencia, en resumidas cuentas: capitular.
  La quinta actitud es la no violencia excluye las otras cuatro por igual:
Excluye la neutralidad
Excluye la pendencia
Excluye la fuga
Excluye la capitulación (…)

El enemigo
¡Paff! ¡En la mejilla! Oiga señor, no se vaya, se le olvido algo. Que tengo dos mejillas señor.
¡Trata de explicarle e la gente porque obras así! Y diles, primeramente que  es muy raro encontrar un malvado lo bastante valiente y perseverante en su maldad, como para aprovecharse indefinidamente del ofrecimiento y de la impunidad. Que hasta has llegado a ver rabiosos detenerse como fulminados. ¡Explícales por qué! Di: Obro así porque sé que mi enemigo es un hombre.
¡Un hombre, comprenden, un hombre!
No hay por qué gritar tan fuerte. Eso lo sabe todo el mundo.
¡Claro! Lo sabes porque es evidente, pero sobre todo porque estas apaciblemente sentado en una silla.
Pero en el ardor del conflicto cuando la sangre se te suba a la cabeza ¿la evidencia no va a darse a vuelta de golpe?
¿Y no se encargara tu enemigo, por si mismo, de ofrecerte la prueba irrefutable de que es una bestia dañina, un monstruo, un demonio?
Quizás tu enemigo sea feroz, implacable y de una fuerza irresistible, ¡pero cuanto más difícil de vencer, más feroz, más implacable, será la tentación de considerarlo un monstruo, un demonio!
Es aquí cuando hay que afirmar la difícil verdad: que es un hombre, “un hombre como yo” si, el espíritu de justicia está en el, como en mi (…)
¿Quién es pues el malvado? ¿Quién me arranca mis haberes, quien pisotea mis derechos, quien desea mi muerte y la de los míos? ¡Ese tipo, ese bruto, ese sinvergüenza, ese asqueroso, ese calculador, se hipócrita, ese crápula, ese canalla, en una palabra, mi enemigo! ¿Quién es?   Un hombre que se equivoca. Esta comprobación es de suma importancia porque en ella se asienta la no-violencia. (…)



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Lanza del Vasto


  
  El filosofo, poeta y activista de la no violencia Lanza del Vasto (Giussepe Giovanni Luigi Enrico Lanza Di Trabia.1901-1981)
  Nació en Italia y en 1936 viajo a la India para seguir el Movimiento independentista promovido por Ghandhi, del que se convirtió en uno de sus seguidores más destacados.
  Tras convivir con él durante seis meses, viajo a la zona donde nace el Ganges, como queda en su libro “Peregrinación a las fuentes”, en donde el relato trasciende al propio periplo personal.
  Lanza de Vasto volvió a Europa tras haber experimentado con casi todos los aspectos de la vida ascética de las distintas castas y sectas hindúes de la India. A su regreso puso en marcha una vida y actividades que reflejarían el ejemplo del gran maestro indio y aquellas impresiones vivísimas.
   En 1948 fundó las  Comunidades del Arca sobre el modelo de los ashram que conoció en Oriente, basadas en la vida simple, cercana a la naturaleza y el trabajo manual de todo lo que se necesita para el propio sustento. Las mujeres hilan en la rueca y los hombres trabajan en la forja, en la carpintería o en los campos, cultivando sus propios alimentos. La alimentación, vegetariana, sigue un calendario anual lleno de fiestas y celebraciones. Decía: “el campo produce la fruta; la ciudad la etiqueta”. Cuando sobra algo se da al Tercer Mundo. En El Arca se prescinde de las comodidades y artilugios de la sociedad moderna (mecanización, electricidad); es decir, no radio, no televisión, no teléfono…Lo cual alimenta una mayor lucidez y concentración, así como el desarrollo de habilidades.
   En un mundo dividido en dos grandes bloques rivales, el mensaje pacifista de Lanza de Vasto se hizo famoso, tanto en momentos de guerra entre Francia y Argelia como con intervenciones activas de alto valor intelectual ante decenas de conflictos de todo tipo.
  Su propia vida fue también su mensaje. De profundas convicciones religiosas cristianas (sus seguidores vestían de blanco como él), procuro disfrutar la vida con más  alegría  que otros esoteristas y místicos, baste decir que existen grabaciones de canticos religiosos acompañando de Chanterelle, su esposa.
  Vivió sobre todo en Francia, con viajes frecuentes para alentar el resto de la comunidades que se pusieron en marcha –sobre todo en los años 70- para seguir este estilo de vida. Hoy han desaparecido bastantes de ellas, pero se mantiene la más importante fundada en 1962. Es La Borie Noble, en Roquensole (Languedoc, Francia).
   Lanza de Vasto falleció en 1981 en Elche de la Sierra (Albacete), pero como suele decirse, su impresionante y lucido mensaje permanecerá siempre.
Hablando sobre “dejar la ciudad  y volver a la “tierra” decía: “Cuando estéis preparados se os dará”
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Louis Cattiaux , [Reflexiones]


(1904-1953)
  La obra del pintor, poeta y filósofo francés, Louis Cattiaux  está teñida de valiosos elementos místicos y visionarios. Su libro “El mensaje reencontrado” es una buena muestra de ello. Contemporáneo de los movimientos vanguardistas fue un gran amigo de Lanza del Vasto.

Dominar a los demás es una fácil ilusión.
Dominarse a sí mismo es una dura realidad.
El trabajo que aumenta las necesidades es vano.
El que las disminuye  es sagrado.
El mundo practica el primero.
Los sabios ayudan al segundo.
Lo propio de la verdad
Es que se basta a sí misma.
Aquel que la posee
No intenta convencer a nadie.
El que está en el error
Intenta imponerlo a los demás.
El que posee la verdad
Se esfuerza en aplicarla
 a sí mismo.
Es la señal que no engaña.
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