En el verano de 1816, Mary Wollstonecraft y su esposo, el poeta Percy Shelley fueron a vivir a villa Diodati, la mansión que Lord Byron tenia a orillas del lago de Ginebra. Una noche, los jóvenes amigos se desafiaron mutuamente a escribir un relato de terror. El producto mas perdurable de esa legendaria noche es la poderosisima novela escrita por una frágil mujer de 19 años: Frankenstein o El Moderno Prometeo, surgida de sus lecturas de Darwin padre y Galvani, entre otros, ademas de una pesadilla, como confiesa Mary en el prologo a la edición de 1831, la primera que firmo con su nombre.
La novela tiene la estructura irregular típica de una obra romántica: comienza con una serie de cartas que que el capitán Robert Watson, un explorador que quiere llegar al Polo Norte, le escribe a su hermana Margaret contándole sus peripecias de su expedición. Pero al llegar al puerto de Arkangel, al norte de Rusia, en el Mar Blanco, y consciente de que sus cartas ya no podrán ser enviadas, transforma su escrito en un diario, donde también registrara sus anhelos y reflexiones. Todo parece suceder dentro de lo previsto hasta que una mañana, habiendo encallado entre dos placas de hielo, su tripulación le informa haber visto pasar a lo lejos un trineo ocupado por una extraña figura.
No terminaba de sorprenderse por este suceso cuando al otro día encuentra a sus hombres hablando con alguien desde la borda del barco: hay otro trineo, ocupado por un hombre enfermo, quien, sin embargo, se niega a ser asistido a menos que le aseguren que el barco se dirige al Polo Norte. Al tranquilizarlo logran que se suba al buque; él se presenta como el Doctor Víctor Frankestein, natural de Ginebra, pero no puede dar mas información debido a su delicado estado de salud. Bajo los cuidados de Watson se recupera lo suficiente como para contar su historia:
"Y me dijo que comenzaría su relato al día siguiente, cuando estuviese yo desocupado, libre de las obligaciones de abordo. Esta promesa me arranco las expresiones mas cordiales de agradecimiento. He decidido por lo tanto, consignar por escrito cada noche siempre que mi deber no me lo impida, y tratando de ser lo mas fiel y apegarme a sus propias palabras, lo que él me cuente durante la jornada. En caso de estar muy ocupado tomaré al menos algunas notas. Sin duda este manuscrito te proporcionara el mayor placer; pero yo que le conozco y escucho la historia de sus propios labios...¡con cuanto interés lo leeré en el futuro! Aún ahora, al dar inicio a esta tarea, su voz modulada suena en mis oídos; creo ver sus brillantes ojos mirándome con melancólica ternura; le veo levantar su delgada mano con animación, mientras sus rasgos resplandecen con la luz que irradia del interior de su alma" Así registra el capitán sus expectativas, siempre con su hermana en mente.
El diario se transformara en un relato enmarcado: Watson transcribirá de manera fiel, inclusive respetando la primera persona, el relato de vida del doctor Frankestein. La elección de la primera persona en los dos primeros narradores de la novela (y volverá a aparecer cuando la criatura cuente, por si misma, su versión de las cosas) muestra el deseo de manifestar que todo punto de vista es parcial. Y en el caso de esta historia, que reflexiona largamente acerca de la percepción y del modo en que las ideas, las verdaderas y las falsas, se forman en las personas y gobiernan sus acciones, el uso de la primera persona queda justificado.
Mary Shelley escribió contra la objetividad que se arrogan los narradores omniscientes, eligió el recurso del testimonio y la autobiografía para complejizar el efecto de la realidad: el mismo Víctor Frankestein dice que no cuenta sus crímenes por que lo considerarían loco, así como su propio padre no le creyó partes de su relato. Watson reconoce estar transcribiendo "la historia mas extraña que la imaginación pueda crear" y aunque es coherente, solo admitió su condición de verdadera por evidencias como las cartas y el monstruo.
Pero con ya dijimos Mary no solo usa una primera persona sino que son tres narradores, uno dentro de una serie hilvanada de testimonios reflejan y difieren entre si, tres narradores que tratan de imponer sus intereses. Watson, que escribe para registrar sus aventuras y para expresar su ambición; Víctor, que le cuenta su historia para que no cometa los mismos errores que el, pero al mismo tiempo para que sea el brazo ejecutor de su venganza; el monstruo, que habla para justificar su trasformación y ser visto como una criatura inocente, necesitada de afecto, abandonada y engañada.
La diversidad de narradores en primera persona esta al servicio del lector con alguno de sus casos. Víctor se pone en el lugar del científico que en su pasión por la experimentación olvida poner frenos éticos a sus acciones: descubre la forma de dar vida a un ser creado a partir de cadáveres, y cuando la criatura abre sus ojos huye horrorizado de su creación y la abandona a su suerte.
La criatura sobrevive marginado por la sociedad que la discrimina por su fealdad, los hombres la atacan, la hieren y la desprecian; en su relato, eso justifica que se haya convertido en un monstruo. Su venganza comienza con el asesinato del hermano menor de Víctor y cuando este se niega a hacerle una compañera a su imagen y semejanza, el monstruo matara a su mejor amigo y al final a su novia.
La obra podría ser una novela gótica mas si no fuera por la inclusión del relato dentro del relato de Víctor. Aquí ingresa otro motivo típico del romanticismo: el de los enemigos irreconciliables que entraran en una escala de violencia y de venganzas sucesivas. Sin embargo, este monstruo ha indagado dentro de su subjetividad, ha aprendido el funcionamiento de la sociedad de los hombres, ha leído y ha llegado a amar a una familia aunque esta finalmente lo desprecio. Él también comprobara que las ideas rigen las acciones humanas, pero que muchas de ellas, por ser errores producen reacciones homologas.
En su diario, el capitán Watson registra a muerte de Víctor Frankestein luego de terminar el relato de su desgraciada vida. Sin embargo tendrá la oportunidad de comprobar con sus propios ojos la existencia de la criatura, cuando esta entra por la fuerza al camarote donde yace muerto su progenitor.
" ¡He aquí una de mis victimas! En su muerte se consuma mi ansia de venganza y se cierra el cielo de mi misera existencia. ¿Frankestein, generoso y devoto espíritu!¿Acaso me servirá de algo pedirte perdón? Yo, que sin consideración a nada ni a nadie destruí a tus seres queridos...¿Pero ya estas frió y no puedes responderme!" - clama el monstruo, antes de huir y desaparecer en el hielo-.
Mary Shelley no solo dio al mundo en su Frankenstein (o El Moderno Prometeo) un cuento de terror, sino también una parábola sobre los peligros y limites que debe tener la ciencia, ademas de una conmovedora reflexión sobre la sociedad.
La novela tiene la estructura irregular típica de una obra romántica: comienza con una serie de cartas que que el capitán Robert Watson, un explorador que quiere llegar al Polo Norte, le escribe a su hermana Margaret contándole sus peripecias de su expedición. Pero al llegar al puerto de Arkangel, al norte de Rusia, en el Mar Blanco, y consciente de que sus cartas ya no podrán ser enviadas, transforma su escrito en un diario, donde también registrara sus anhelos y reflexiones. Todo parece suceder dentro de lo previsto hasta que una mañana, habiendo encallado entre dos placas de hielo, su tripulación le informa haber visto pasar a lo lejos un trineo ocupado por una extraña figura.
No terminaba de sorprenderse por este suceso cuando al otro día encuentra a sus hombres hablando con alguien desde la borda del barco: hay otro trineo, ocupado por un hombre enfermo, quien, sin embargo, se niega a ser asistido a menos que le aseguren que el barco se dirige al Polo Norte. Al tranquilizarlo logran que se suba al buque; él se presenta como el Doctor Víctor Frankestein, natural de Ginebra, pero no puede dar mas información debido a su delicado estado de salud. Bajo los cuidados de Watson se recupera lo suficiente como para contar su historia:
"Y me dijo que comenzaría su relato al día siguiente, cuando estuviese yo desocupado, libre de las obligaciones de abordo. Esta promesa me arranco las expresiones mas cordiales de agradecimiento. He decidido por lo tanto, consignar por escrito cada noche siempre que mi deber no me lo impida, y tratando de ser lo mas fiel y apegarme a sus propias palabras, lo que él me cuente durante la jornada. En caso de estar muy ocupado tomaré al menos algunas notas. Sin duda este manuscrito te proporcionara el mayor placer; pero yo que le conozco y escucho la historia de sus propios labios...¡con cuanto interés lo leeré en el futuro! Aún ahora, al dar inicio a esta tarea, su voz modulada suena en mis oídos; creo ver sus brillantes ojos mirándome con melancólica ternura; le veo levantar su delgada mano con animación, mientras sus rasgos resplandecen con la luz que irradia del interior de su alma" Así registra el capitán sus expectativas, siempre con su hermana en mente.
El diario se transformara en un relato enmarcado: Watson transcribirá de manera fiel, inclusive respetando la primera persona, el relato de vida del doctor Frankestein. La elección de la primera persona en los dos primeros narradores de la novela (y volverá a aparecer cuando la criatura cuente, por si misma, su versión de las cosas) muestra el deseo de manifestar que todo punto de vista es parcial. Y en el caso de esta historia, que reflexiona largamente acerca de la percepción y del modo en que las ideas, las verdaderas y las falsas, se forman en las personas y gobiernan sus acciones, el uso de la primera persona queda justificado.
Mary Shelley escribió contra la objetividad que se arrogan los narradores omniscientes, eligió el recurso del testimonio y la autobiografía para complejizar el efecto de la realidad: el mismo Víctor Frankestein dice que no cuenta sus crímenes por que lo considerarían loco, así como su propio padre no le creyó partes de su relato. Watson reconoce estar transcribiendo "la historia mas extraña que la imaginación pueda crear" y aunque es coherente, solo admitió su condición de verdadera por evidencias como las cartas y el monstruo.
Pero con ya dijimos Mary no solo usa una primera persona sino que son tres narradores, uno dentro de una serie hilvanada de testimonios reflejan y difieren entre si, tres narradores que tratan de imponer sus intereses. Watson, que escribe para registrar sus aventuras y para expresar su ambición; Víctor, que le cuenta su historia para que no cometa los mismos errores que el, pero al mismo tiempo para que sea el brazo ejecutor de su venganza; el monstruo, que habla para justificar su trasformación y ser visto como una criatura inocente, necesitada de afecto, abandonada y engañada.
La diversidad de narradores en primera persona esta al servicio del lector con alguno de sus casos. Víctor se pone en el lugar del científico que en su pasión por la experimentación olvida poner frenos éticos a sus acciones: descubre la forma de dar vida a un ser creado a partir de cadáveres, y cuando la criatura abre sus ojos huye horrorizado de su creación y la abandona a su suerte.
La criatura sobrevive marginado por la sociedad que la discrimina por su fealdad, los hombres la atacan, la hieren y la desprecian; en su relato, eso justifica que se haya convertido en un monstruo. Su venganza comienza con el asesinato del hermano menor de Víctor y cuando este se niega a hacerle una compañera a su imagen y semejanza, el monstruo matara a su mejor amigo y al final a su novia.
La obra podría ser una novela gótica mas si no fuera por la inclusión del relato dentro del relato de Víctor. Aquí ingresa otro motivo típico del romanticismo: el de los enemigos irreconciliables que entraran en una escala de violencia y de venganzas sucesivas. Sin embargo, este monstruo ha indagado dentro de su subjetividad, ha aprendido el funcionamiento de la sociedad de los hombres, ha leído y ha llegado a amar a una familia aunque esta finalmente lo desprecio. Él también comprobara que las ideas rigen las acciones humanas, pero que muchas de ellas, por ser errores producen reacciones homologas.
En su diario, el capitán Watson registra a muerte de Víctor Frankestein luego de terminar el relato de su desgraciada vida. Sin embargo tendrá la oportunidad de comprobar con sus propios ojos la existencia de la criatura, cuando esta entra por la fuerza al camarote donde yace muerto su progenitor.
" ¡He aquí una de mis victimas! En su muerte se consuma mi ansia de venganza y se cierra el cielo de mi misera existencia. ¿Frankestein, generoso y devoto espíritu!¿Acaso me servirá de algo pedirte perdón? Yo, que sin consideración a nada ni a nadie destruí a tus seres queridos...¿Pero ya estas frió y no puedes responderme!" - clama el monstruo, antes de huir y desaparecer en el hielo-.
Mary Shelley no solo dio al mundo en su Frankenstein (o El Moderno Prometeo) un cuento de terror, sino también una parábola sobre los peligros y limites que debe tener la ciencia, ademas de una conmovedora reflexión sobre la sociedad.