Brillantes y nebulosos cielos , flores despeinadas, frutas descansando en atrevidos manteles multicolor, caballos de lineas suaves y seductoras, luz transformada en figura de ángeles, son los temas de la obra de Marina Petro, artista estadounidense que ofrece una bella colección de pinturas y postales que es un placer admirar. Aquí una breve muestra de ellas:
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viernes, 2 de diciembre de 2011
viernes, 28 de octubre de 2011
La Primavera, Sandro Boticelli
Sandro Boticelli 1444,45-1510
La Primavera, aprox. 1478
Témpera sobre madera. Altura 6' 7 3/4´"
Museo de los Uffizi, Florencia
A fin de ornamentar una quinta de los Médici en Castello, Boticelli pintó la Primavera por el año de 1478, obra que constituye uno de los mejores logros de su estilo y que se halla actualmente en el Museo de los Uffizi junto con otro de sus cuadros, no menos celebre, El Nacimiento de Venus. La gran originalidad de Boticelli se manifiesta no sólo en el estilo de su dibujo de lineas arabescas, sino también en el sello personal que da sentido al tono espiritual de su obra. Más genialmente que otros pintores renacentistas pudo plasmar genialmente el sentido de religiosidad mística en los temas clásicos y el de la trascendencia mística en los temas cristianos; en ambos asuntos, la interpretación es plenamente suya. La impronta de su personalidad es una lánguida nostalgía, cierta melancolía y posiblemente un presentimiento que vibra en la mayoría de sus temas festivos como el de La Primavera. Este ingrediente emocional que hay en sus cuadros terminaría por empalagar a no ser por el sentido de moderación que hay en Boticelli volviéndolo , a veces, demasiado austero; así mismo su linea ondulante podría volverse plácida y monótona sin la característica de ese vigor nerviosamente indefinido que la determina. Durante algún tiempo se relego a Boticelli a un rincón de la historia, pero a mediados del s. XIX fue rescatado del olvido y, ciertos miembros de un grupo de pintores ingleses, llamados los Prerrafaelistas, lo empezaron a imitar en sus cuadros románticos.Los temas cristianos de Boticelli se hallan espiritualmente colmados de presentimiento. Otros artistas florentinos como el propio maestro Boticelli, Fra Filipo Lippi, habían representado a la Virgen ala manera de una mortal y dulce muchacha italiana que se complace reverentemente ante el feliz advenimiento. Las representaciones que de la virgen hace Boticelli, en cambio, la plasman contemplando al niño con una patética mirada en que se anuncia con plenitud consciente, la inexorable gloria y tragedia de la Crucifixión.
Esta observación de Boticelli de que la alegría humana es efímera, se constataba en los desordenes que asolaron a Florencia, a finales del siglo. Con la muerte de Lorenzo el Magnífico, su gran mecenas, todo el poder y la grandeza de los Médici se vino abajo durante la guerra civil. La otrora dominante familia quedó bajo la influencia del fanático monje Savonarola. El epilogo fue un acto de la mas inhumana crueldad, pues Savonarola fue condenado en calidad de hereje, colgado y quemado. Boticelli había sido seguidor de Savonarola y los cuadros de su ultima etapa en los que pintó temas cristianos se hallan dotados de una tensión mística emotiva que raya casi en la histeria, y sus escasas referencias a lo clásico renuncian a a expresion lírica pagana para convertirse en alegorías del bien y del mal.
Orana María [Paul Gauguin, 1891]
Written by Blanca Durán
on 17:26
in Orana María, Paul Gauguin, pintura, postmodernista
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Paul Gauguin, 1848-1903
La Orana María, 1891
Oleo sobre tela. Altura 44 1/4"
Museo Metropolitano de Arte, Nueva York,
donación de Samuel A. Lewisohn, 1951
Representa la escena de la Anunciación con los motivos trasladados a Tahití. El título, destacado en mayúsculas en un recuadro amarillo (Ia Orana Maria), hace referencia al saludo del arcángel Gabriel a la Virgen María. 'Ia ora na es un saludo habitual en tahitiano, i'Ia ora na Maria es la oración del Ave María. Ahora bien, la presencia del Niño Jesús podría ser una evocación de la «Adoración de los pastores».(Wikipedia)
Gauguin abandono una próspera carrera de negocios pos su vida precaria de pintor. Conforme a la idea de una buena vida esta idea le resulto cara. Le costó su mujer y su familia, su fortuna y el respeto de su círculo de amigos. Sin embargo, no hay muchos indicios de que Gauguin sufriera una gran pena por esos sacrificios, aunque su familia y algunos más probablemente si la sufrieron. Aparentemente tuvo más penalidades que satisfacciones por la vida de violenta bohemia que llevó desde entonces. Pintó en París, Inglaterra y el sur de Francia, mucho de ese tiempo con Van Gogh, desarrollando su ahora familiar, pero entonces exótico estilo, dibujando empeñosamente las formas del arte primitivo o antiguo. Sin embargo, solo hasta que fue a los Mares del Sur, donde-excepto unas ocasionales y espectaculares irrupciones de retorno a París- pasó el resto de su vida.
Para la comprensión del arte de Gauguin es importante recordar que el no vivió como nativo, vivió con los nativos.Llego absorberse en sus leyendas y supersticiones. Como todos los bohemios vivió al margen de la vida que lo rodeaba. Sus instintos primordiales fueron siempre de autoindulgencia. El típico bohemio es un parásito de la civilización de la que saca su sustento; pero , por supuesto, este parasitismo esta justificado cuando alimenta a su talento creador. Esta parece haber sido la actitud de Gauguin , y jamás dudo en sacrificar el bienestar de otro a ella.
La Orana María fue realizada durante su estancia en Tahití en al año 1892. Los habitantes del distrito de Mataiea donde él vivía eran católicos, en lugar de protestantes como en el resto de la isla, por lo que Gauguin se pudo inspirar en la devoción indígena para pintar esta escena de carácter religioso, pintando a Jesús y María “tahitianos”. De nuevo, recurre a una visión; en este caso, dos mujeres tahitianas que aparecen en actitud de oración observan, producto de su devoción, a María y al Niño Jesús, por supuesto también representados como indígenas. Se trata de una obra muy querida por el autor.
Tras las devotas, ha sido pintado un ángel con las alas replegadas.
Con un paisaje exuberante y un amplio colorido en primer plano, aparecen unas frutas en una especie de cuenco, contrastando con la vestimenta de las tahitianas y el paisaje.
El primitivismo de las figuras, con pies grandes y rostros con rasgos muy marcados, era lo que el pintor llevaba buscando mucho tiempo, aportando buenas dosis del Simbolismo que le caracterizará.
A partir de este momento, los intereses de Gauguin se orientarán cada vez más a la mitología y a las leyendas maoríes.
Históricamente , Gauguin pertenece a los potimpresionistas, etiqueta que cubre también a Cezanne, Van Gogh y Seurat. El común denominador de este grupo hetereogeneo es su insatisfacción con el impresionismo y un deseo de buscar un camino más allá de él. Gauguin encontro su camino después de imitar a Cezanne, de violar durante breve tiempo el estilo que su amigo Van Gogh estaba desarrollando, de procurar sin mucho éxito sujetarse a sí mismo a las exigencias rígidas del estilo de Seurat. Se encontró finalmente a sí mismo en el pleno estilo decorativo de la Orana María, que combina elementos de la antigua pintura egipcia, el arte japones, el arte de la Edad Media y el arte de los pueblos primitivos. Como en otros postmodernistas, Gauguin esta en el límite entre la pintura del siglo XIX, con referencia directa al mundo cotidiano, y la pintura del siglo XX , con su énfasis en la abstracción. Buena parte de su obra es ornamental, pero en ocasiones es inesperadamente apacible, lírico incluso, como en la Orana María, y a veces nos muestra un vislumbre del mundo oscuro y siniestro de la superstición que subyace en la colorida ilusión de la inocencia feliz en la vida primitiva.